TTE148
Control estructural en la generación de caída de rocas…
no se logró asociar cada Φ a un sistema de falla propiamente tal, ni la contemporidad de los
eventos, pero si se tiene la certeza de que ambos Φ están actuando tanto en las fallas NE
como las NW.
El análisis cinemático y dinámico de las fallas con indicadores cinemáticos (Figura
39 y Figura 40a) entrega soluciones similares a las obtenidas por Pérez-Flores et al . (2016),
principalmente al sector definido en su trabajo como “Las Raíces” ( Figura 40b y Figura 41),
con un σ 1 y σ 3 relativamente similares, en donde el Φ = 0.1 obtenido de los análisis dinámicos
se puede atribuir al régimen transpresivo de la convergencia actual, cuya orientación de σ₁
de este régimen es compatible con una cinemática dextral presente en las fallas NE y NNE,
e n donde mejor se puede observar la dirección de σ 1 . Las fallas orientadas NW desacopladas
del régimen tectónico actual son explicadas como debilidades corticales heredadas del
basamento que han sido reactivadas como fallas sinestrales-inversas durante el Cenozoico
(Moreno et al ., 2014; Piquer et al. , 2016; Kunstmann, 2018), y que tendría resultados
similares con el sector definido por Pérez-Flores et al ., (2016) como “Las Ánimas”, al cual
le atribuyen un Φ = 0.6 de tipo cizalle simple (Figura 40b y Figura 41), lo cual guardaría
relación con el Φ = 0.5 propuesto. Ahora bien, el σ 1 transpresivo propuesto en este trabajo
tiene relación con el postulado por Pérez-Flores et al ., (2016), asociado a un régimen
transpresional actual en el intra-arco (Figura 41), y es similar al propuesto por Cembrano et
al ., (1996) y Cembrano y Lara (2009). Sin embargo, el σ 3 difiere un poco al propuesto por
estos autores, lo que podría explicarse en que los trabajos de ellos son de escala regional,
mientras que este trabajo es local.
La posible justificación a la presencia de estos dos regímenes y los campos de
esfuerzo de Φ , de tipo transpresivo y strike-slip , podría estar relacionada con la deformación
del intra-arco producto del ciclo sísmico de subducción, en donde se define en primer lugar
un periodo intersísmico, asociado al carácter transpresional de cizallamiento puro. Lo que
vendría seguido por un periodo co-sísmico asociado al carácter tipo strike-slip con un
cizallamiento simple. Ambos periodos estarían desarrollándose a lo largo de miles de ciclos
sísmicos de subducción (Moreno et al ., 2008; Moreno et al ., 2009; Aron et al ., 2014; Stanton
Yonge et al ., 2016, Farías y Basualto 2020), en donde los cambios dinámicos evidenciados
afectarían directamente la estabilidad mecánica de los macizos rocosos producto de la
deformación asociada, permitiendo, por ejemplo, el paso y circulación de fluidos
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