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establecidos. Esto debe ser complementado con investigaciones del comportamiento de las

aguas superficiales, subsuperficiales y el control de su escurrimiento.

Se recomienda, además, la realización de estudios dirigidos a la aplicación de hormigón

proyectado para la estabilización de laderas inestables, en general, principalmente donde las

viviendas estén a menos de 50 m de éstas. Es prioritario que se implemente un sistema de

alerta temprana y planes de evacuación para salvar vidas ante eventos de precipitaciones

intensas que puedan generar fenómenos de remoción en masa. Este sistema debe contemplar

la zonificación de áreas y el desarrollo de un plan de emergencia, el cual debe ser comunicado

adecuadamente a la comunidad y debe ser periódicamente practicado, bajo la responsabilidad

y coordinación encargados comunales y provinciales de protección civil, con la participación

de las comunidades. En coherencia con lo anterior, se recomienda la coordinación entre

organismos técnicos, gubernamentales y no gubernamentales, como SINAPRED, municipios,

ministerios sectoriales y la comunidad local y extranjera (escuelas, organizaciones

comunitarias, juntas de vecinos, comité de emergencia), para lograr una gestión efectiva ante

desastres naturales. Según Araya (2011) la comunidad debe ser el núcleo social más relevante

en la identificación de las necesidades locales y micro-riesgos, ellos tienen un conocimiento

acabado del lugar que habitan, lo que, conducido y sistematizado por especialistas, permite

complementar y mejorar las políticas públicas y optimizar los recursos. Es importante también

fomentar la realización de campañas preventivas e informativas que incorporen a toda la

comunidad respecto al riesgo que representan estas áreas y generar, conforme a todos los

organismos, los planes de evacuación y emergencia más acorde a la realidad.

Finalmente se recomienda señalizar las zonas susceptibles a REM, enfatizando en las zonas de

mayor susceptibilidad y que podrían generar mayor riesgo como en las zonas con pendientes

que superan los 20° o donde ya hayan ocurrido procesos de remoción en masa.

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