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Entrando así a comienzos de un nuevo siglo sobre la base de una economía

fronteriza, fruto de la importante producción cerealera que dio vida a esta zona

durante la primera mitad del siglo XX inundando de adelanto extensos territorios,

quedando como testimonio en ciudades como Traiguén, Angol, Lautaro, Temuco

y Nueva Imperial, las que aún guardan enormes construcciones adornando sus

calles como reflejo de una época próspera gracias al trigo. Florecerá un

movimiento nacido desde el campo cuyo destino serán las ciudades.

Situación similar se vivirá en otras latitudes, donde se realizaron procesos de

ocupación, pero existirá un común denominador: la activa presencia rural en una

precaria sociedad urbana.

Así, al finalizar el siglo XIX, el panorama que se quería plasmar en las tierras de

la Frontera, era un micro mundo que manifestara el estado del país, un mundo

progresista. Esta fue una visión centralista y obviamente desde la elite.

“La riqueza generada por la producción agrícola y el intercambio comercial creo

nuevas elites. Y con este cambio se produjo el surgimiento gradual de una sociedad nueva y de valores nuevos” 79 . Aquí, el crecimiento de una elite generada

a partir de las riquezas obtenidas del trigo transformó la sociedad rural y de paso

construyó la sociedad urbana bajos sus criterios.

Visitas ilustres

Uno de los temas importantes de la casa fueron las visitas ilustres, por ello la

importancia tanto de personajes políticos como culturales que lo acompañaron

en sus viajes al Sur a la casa de sus padres, la casa blanca de C. Saavedra. La casa

tiene el peso de su morador, la cultura la visitó y la

79 Scobie, James. “ Una revolución agrícola en la Argentina ”. Op. Cit. Año Pág. 111

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