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parte, propiedades materiales, que, comenzando por el cuerpo, se dejan enumerar y medir como
cualquier otro objeto del mundo físico; por otra parte, propiedades simbólicas que les
sobrevienen en su relación con sujetos capaces de percibirlas y de apreciarlas, y que demandan
ser interpretadas según su lógica especifica”. (201 1:199)
En virtud de estas dos dimensiones, o modos de existencia , Bourdieu reconoce una tendencia en la cual prevalece el estudio separado de estos modos 27 , generando una escisión
que se enclaustra en las expresiones de un modo de existencia determinado, excluyendo las
dimensiones del otro y sus relaciones dialécticas. Así, solo el estudio de las representaciones , que conforman los estudios epígonos sobre el mundo mapuche 28 , constituye una reducción
del mundo social, pues “las clasificaciones subjetivas est án fundadas sobre la objetividad de
una clasificación que no se reduce a la clasificación colectiva obtenida por la suma de las
clasificaciones individuales” (Bourdieu, 2011:202). Por tanto, lo que podría denominarse
como una especialización en determinado ámbito también podría llegar a ser un soslayo de
las interconexiones integrales de las relaciones sociales concretas, y en términos
epistemológicos una evasión de la relación dialéctica entre lo material y lo ideal como
elementos constitutivos e imprescindiblemente interconectados de la realidad social.
Entonces, ahora estamos en condiciones de dedicar un acercamiento al concepto de objetividades , pues estas constituyen lo que Bourdieu denomina las clases sociales 29 . Él
postula que los grupos sociales existen dos veces, incluso antes de la mirada de cualquier
científico o “erudito” ; van a existir en la objetividad de primer orden y la objetividad de
segundo orden . Pasemos a describirlas; la primera, hace referencia a la distribución de las
propiedades materiales; la segunda, refiere al dominio de las representaciones y
clasificaciones que los agentes sociales generan y sobre la base de estas se encuentra el
27 Aquí hacemos referencia a la física social y a la hermenéutica social , la superacion de esta antinomia fue una de las mayores empresas de Pierre Bourdieu en su obra. Para adentrarse en el debate véase Loïc Wacquant, Hacia una praxeología social: la estructura y la lógica de la sociología de Bourdieu (2012). 28 Pedro Canales Tapia (2014) ha desarrollado en su texto Tierra e Historia un interesante estado del arte respecto de los estudios relacionados al Pueblo Mapuche, allí se dejan ver las tendencias que han tomado estos estudios a lo largo de las décadas que van entre 1950 a 2010. De modo más claro, con estudios epígonos nos referimos a los estudios que han seguido la corriente predominante en los estudios antropológicos sobre población mapuche, los cuales se basan en los principios del culturalismo norteamericano y en las filosofías de la interculturalidad, dando relevancia al mundo de las representaciones descontextualizadas de trayectorias materiales de dominación y colonialismo. 29 No obstante, aquí, más allá de las clases sociales bourdieanas, lo que se intenta definir es cómo se relacionan, y lo que constituyen estas objetividades, pues aquí no se reproduce la idea de clase social, sino más bien se entienden estos elementos como fundamentales en los procesos de subjetivación de los individuos.
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