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Concretamente, respecto del componente arqueológico, el Consejo Internacional de

Monumentos y Sitios (ICOMOS) presenta en 1990 la Carta de Lausana para la Gestión del

Patrimonio Arqueológico, en la cual se recomienda la aplicación de políticas integradas para la

protección del patrimonio arqueológico de manera coordinada con el desarrollo y planificación del

territorio (Romero & Ajata, 2014). Como hemos revisado, se recomienda desde las organizaciones

internacionales expertas la integración de componente cultural como un elemento invaluable de

las sociedades. Para cumplir tales recomendaciones es necesario incluir dentro del aparato

normativo nacional y local, políticas públicas que promuevan la protección y gestión de patrimonio

cultural, relacionado con ámbitos económicos, culturales y educativos, implementando por

ejemplo, planes de gestión patrimonial que consideren los análisis de riesgo a este patrimonio y

actúen en conjunto con otros organismos estatales, profesionales u comunidades interesadas, para

la toma de decisiones desde diversos momentos de intervención, es decir, desde la prevención,

mitigación, reparación o control de riesgos o daños y puesta en valor del patrimonio.

Sin embargo, es igualmente importante mencionar que existen al menos otros tres

convenios internacionales que tratan directamente con el patrimonio cultural arqueológico que no

han sido ratificados por el Estado de Chile, específicamente nos referimos a dos textos de la

UNESCO, el Convenio Unidroit sobre los Bienes Robados o Exportados Ilícitamente de 1995, la

Convención sobre el Patrimonio Cultural Subacuático de 2001, y la Convención sobre Defensa del

Patrimonio Arqueológico, Histórico y Artístico de la Nación de la OEA de 1976, firmada por Chile

el año 1978 pero que no ha sido ratificada. La no adhesión o ratificación de este tipo de normativas,

pudiera representar un vacío de desprotección y, por ende, una limitante al momento de querer

tomar acciones que beneficien la protección de la cultura material. Siempre será más oportuno

contar con el máximo de herramientas disponibles para favorecer un correcto manejo de los