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Según la propuesta que seguiremos, no podemos continuar sin antes definir el concepto de
paisaje de acuerdo a este autor, quien establece que el paisaje, como todo producto humano, es la
objetivación de una intención, sentido y racionalidad previa que se actualizan en elementos
formales concretos y que, como tal, esos elementos deben representar de algún modo (siquiera sea
distante) los contornos de aquella racionalidad (Criado-Boado, 1999, p. 9).
Según el autor, se deben analizar las diferentes dimensiones del paisaje de forma
complementaria para lograr acercarse a un estudio más completo del mismo. De acuerdo a este,
sus tres dimisiones son (1999, p. 6):
1. El espacio en cuanto entorno físico o matriz medio ambiental de la acción humana.
2. Entorno social o medio construido por el ser humano y sobre el que se producen
las relaciones entre individuos y grupos.
3. Entorno pensado o medio simbólico que ofrece la base para desarrollar, y
comprender la apropiación de la naturaleza.
Asimismo, menciona que por motivos estratégicos de investigación se puede dar prioridad
solo a una de estas dimensiones, pero siempre teniendo en consideración que al menos desde la
perspectiva teórica sean tenidas en cuenta sus relaciones con las restantes (Criado-Boado, 1999).
Las expectativas en esta investigación, se proponen alcanzar al menos las dos dimensiones
mencionadas con anterioridad, pensando proseguir con el estudio de las dimensiones abstractas en
trabajos futuros.
El tipo de análisis propuesto por Criado Boado para el estudio del paisaje dentro de la
arqueología, también permite analizar los “productos y efectos de las practicas sociales por cuanto
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