TTE290

El cambio climático tiene impactos directos en Chile, el problema de la crisis climática aborda 3 temáticas críticas: la emergencia climática, la extinción masiva de especies, y la generación acelerada de residuos y contaminación (Pizarro, 2022). Respecto a la generación de residuos, para el año 2019 cada habitante era responsable de producir 1,13 kg de residuos sólidos domiciliarios (RSD) en un día (MMA,2021) del cual un 48% está compuesto de residuos orgánicos (Fch, 2016). Al no existir una cultura de gestión de los residuos sólidos, se generan impactos negativos en el territorio y en las comunidades, provocando el desarrollo de problemas sanitarios, como enfermedades respiratorias o de la piel (Vanessa Tagle, 2021); y además, afectando al medio ambiente, contaminando las aguas, suelos y aire (Volta, 2019; citado por Vanessa Tagle, 2021), como lo sucedido en el territorio y en las comunidades cercanas al vertedero Boyeco en Temuco, Región de la Araucanía. El problema de la producción de residuos y contaminación, es el resultado de una mala gestión de los mismos, la sobreproducción y explotación de recursos naturales (de aquí en adelante bienes comunes), y de la permanencia de una cultura de usar y tirar, la cual se instauró a partir de los procesos de industrialización, globalización y del desarrollo del plástico como nuevo material en los años 50´s, junto a la distribución masiva del mismo. Durante esta época consumir se convirtió en una forma de construir identidad (Bauman, 2007). Esto ha provocado la aparición de externalidades negativas en los territorios, que se instalan y perduran en ellos. Un ejemplo claro de esto es lo ocurrido en el desierto de Atacama con el vertedero de ropa, donde se estima que al menos se vierten 39.000 toneladas de ropa que no se puede re-vender por comerciantes y lugareños, ya que Chile es un punto de almacenamiento de alrededor de 59.000 toneladas de ropa usada y nueva, sin vender, hecha en China y Bangladesh principalmente, que es transportada desde Europa, Asia, Estados Unidos para ser comercializada en latinoamérica (Claudia Dhen, 2021). Además, es importante destacar que durante la fase de producción de la industria de la moda se desperdician alrededor del 15% del tejido total utilizada (Nastasia), y que el consumo de la ropa ha aumentado un 233% en las últimas 2 décadas (BCN, 2022), pasando de un consumo por persona de 15 prendas al año (Latercera, 2015) a 50 prendas el año (Elmostrador, 2017) Los residuos orgánicos, en lógicas productivas/económicas circulares, se entienden como bienes comunes disponibles o abundancias del territorio.

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