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fuertemente afectados por efectos agrícolas y antrópicos, influyendo en los problemas de

estabilidad: Según Maldonado y Arangua (2011), la cuenca de Puerto Saavedra está

fuertemente deforestada, con una fuerte intensidad en el uso antrópico. El uso agrícola

representa el 75% del área, encontrándose desprovisto de árboles, con alta susceptibilidad a

la erosión, baja capacidad de retención de agua y excesiva humedad o riesgos continuos de

inundación (CIREN, 1984).

La deforestación puede afectar la estabilidad de un talud disminuyendo las tensiones

capilares de la humedad superficial, eliminando el factor de refuerzo de las raíces, facilitando

la infiltración masiva del agua (Suarez, 1998). Esta infiltración da lugar a presiones que

alteran estados tensionales (presiones intersticiales y aumento del peso), a procesos de

erosión interna y externa, y a cambios mineralógicos, los que modifican las propiedades y

resistencia de los materiales, como es el caso particular de los suelos (González de Vallejo et

al., 2002). Así mismo, Salazar (2019) propone que la mecánica de los suelos se ve

potencialmente afectada, a partir de eventos de precipitación de menor intensidad pero de

mayor duración. Es a partir de los análisis mencionados anteriormente, que se establece la

importancia de este factor en el desarrollo de REM.

En el caso de la litología y geomorfología, estos se observan y destacan principalmente en la

zona costera, ya que, gracias a la dinámica natural costera, el viento y el oleaje modelan el

litoral costero, generando morfologías erosivas de gran pendiente (escarpe o acantilados)

exponiendo y meteorizando las rocas o depósitos sedimentarios marinos presentes en la zona.

Esta dinámica natural provoca inestabilidad en los afloramientos, generando remociones en

masa del tipo deslizamiento o desprendimiento, desencadenadas por la erosión en su base

(Muñoz, 1993). Con esto es posible explicar la susceptibilidad a remociones en masa que

presenta el sector de Boca Budi, donde estos acantilados se ven afectados, principalmente en

su base, por las marejadas. Es importante destacar que, existen estratos de areniscas finas que

se encuentran ligera o pobremente consolidadas, por lo que, ante el efecto

hidrometereológico y el de las marejadas, esta zona se ve doblemente afectada, ya que, por

un lado, suponiendo un evento de gran intensidad pero de corta duración, estos estratos se

verían principalmente afectados, ya que la infiltración efectiva acumulada y la profundidad

serían pequeñas, lo que incrementaría la humedad, la zona saturada y las presiones de poros

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