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actuantes (presión de poros y densidad), causando una disminución en la estabilidad y

aumento de las deformaciones (Salazar, 2019).

2.1.4. ANÁLISIS DE SUSCEPTIBILIDAD A REM

La susceptibilidad expresa la facilidad con que un fenómeno puede ocurrir sobre la base de

las condiciones locales del terreno; es una propiedad del terreno que indica qué tan favorables

o desfavorables son las condiciones de éste, para que puedan ocurrir remociones (Suárez,

2009).

En los últimos años, diferentes autores han desarrollado una serie de metodologías, con el fin

de evaluar los procesos de generación de remociones en masa y zonas de susceptibilidad

(Fustos et al., 2020a; Molina, 2016; Campos, 2014; Cardozo, 2013; Naquira, 2009). El

escenario global en que se desarrollan estas metodologías está asociado a los parámetros de

análisis o a las herramientas que se utilizan para evaluar el peligro o el riesgo geológico (Lara,

2007). Las metodologías cualitativas y cuantitativas son las más utilizadas para la evaluación

del peligro geológico, donde la experiencia en terreno y la generación de mapas de

parámetros índices (o condicionantes) sobrepuestos son la base para la determinación

cualitativa de susceptibilidades, mientras que el estudio cuantitativo está dado por análisis

heurísticos, estadísticos y determinísticos o probabilísticos (Lara, 2007; Cardozo, 2013).

La combinación de estas metodologías dan pie a la generación mapas de susceptibilidad,

fundamentales en estos trabajos, ya que clasifican la estabilidad relativa de un área en

categorías que van de estable a inestable, y muestra donde hay o no condiciones para que

puedan ocurrir deslizamientos, permitiendo elaborar medidas de prevención y mitigación de

estos procesos (Suárez, 2009). Los mapas de susceptibilidad exhiben un modelo conceptual

común, donde según Cardozo (2013), tienen un punto de partida en un mapa inventario de

remociones en masa, donde se analizan las condiciones de las áreas en las cuales ocurren

tales movimientos, después se obtienen los mapas temáticos que contienen información sobre

la geología, geomorfología, edafología, uso de suelo, relieve, entre otros, y posteriormente,

en un entorno SIG se realiza la superposición de éstos mapas, definiendo las zonas de

susceptibilidad, donde son identificados los grados de tendencia a la ocurrencia de estos

procesos.

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