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En primer lugar, que todos aquellos estudios de mercado, que se basan

netamente en preguntar directamente a los clientes lo que “quieren de un

producto o servicio” quedarán, llegados a cierto punto, obsoletos. Y en

segundo lugar, se concluye que el neuromarketing es una herramienta que

debe ser utilizada de manera responsable y ética por parte de las empresas,

ya que al ser una técnica que ingresa y trabaja sobre el subconsciente de las

personas, si se utiliza de manera irresponsable y desmedida, podría terminar

generando relaciones insostenibles y poco sanas con los clientes, desatando

en ellos la obsesión por ciertos productos o servicios, grandes deudas e

incluso enfermedades, tanto físicas como psicológicas.

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