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embargo, aparece un nuevo factor, el sentido térmico, el cual, tal como se

puede deducir por su nombre, permite al hombre experimentar las

temperaturas del medio en el que se encuentra, sin embargo, aunque

parece ser un sentido bastante básico, este cobra mucha importancia

cuando se comprende que es él el que condiciona la manera en que todo

el cuerpo interactúa con el mundo exterior, pero además se vuelve

bastante complejo ya que rompe con el esquema que rige a los demás

sentidos, ya que, lo que una persona puede percibir como una temperatura

agradable, para otra puede significar una temperatura muy baja o muy

alta, lo cual afecta su bienestar.

Sentidos sociales

Por último, se encuentran los sentidos sociales, los cuales le

permiten al ser humano vivir y comunicarse en sociedad, en primera

instancia el sentido del yo ajeno, les permite a las personas reconocer a

otros seres vivos como iguales, con los cuales podría llevar a cabo

acciones de comunicación y relacionamiento social, como, por ejemplo, el

acto más básico de comunicación: una conversación. Para llevar a cabo

dicha conversación, la persona debe ser capaz de escuchar lo que la otra

parte está intentando comunicar, aplicando el sentido del oído, pero

además debe ser capaz de comprender el significado de cada sonido que

emana de su boca, es decir, sus palabras, aquí es donde actúa el sentido

de la palabra y una vez que comprenda sus palabras, podrá reconocer

también sus pensamientos, esos pensamientos ajenos al propio en el que

se sumerge al escuchar a la persona que tiene enfrente, pero de los cuales

se puede distanciar una vez que la conversación haya cesado, lo cual se

conoce como el sentido del pensamiento ajeno.

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