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Monitoreo de gases volcánicos: análisis de emisiones de dióxido de azufre…

respecta en esta investigación, ya que, en Chile continental, la dirección del viento presenta

una componente predominantemente oeste-este.

Junto a estas interpretaciones, es importante referirse a lo ocurrido durante el período de

alerta amarilla desarrollado entre marzo y agosto de 2018, ya que, si bien las mediciones de

SO 2 se verían influencia por los factores atmosféricos, por otra parte, se detectaron

importantes anomalías sísmicas. En primer lugar, a partir de febrero del año 2018 se registra

el primer enjambre de eventos tipo tornillo (TO), los que, si bien pueden presentarse en

diferentes etapas de la actividad volcánica, se caracterizan principalmente por generar una

resonancia dentro de un conducto, producto de una presión transitoria aplicada sobre una

pequeña área. Por lo tanto, este tipo de sismo al ser considerado como una variante de los

sismos de Largo Periodo (LP), estaría relacionado con el inicio de la actividad magmática e

hidrotermal dentro del sistema (Chouet, 1996). El desarrollo de esta actividad perduraría así

por los próximos seis meses, donde a partir de julio del mismo año, se registra otro enjambre

sísmico, pero, de tipo VT, el cual reflejaría finalmente el fracturamiento de material rocoso

producto del movimiento provocado por el cambio de presión en el sistema.

Algo similar ocurrió en los volcanes Sabancaya (durante el año 2013) y Ubinas (durante

el año 2014), donde la actividad volcánica registró enjambres sísmicos de tipo TO y VT, sin

presentar mayores perturbaciones a nivel superficial. Por consiguiente, mediante este estudio,

se concluye preliminarmente que no es posible establecer una relación inmediata entre la

ocurrencia de este tipo de sismos y la salida de material sólido y/o gaseoso a la atmósfera,

debido al origen relativamente profundo que tendrían los sismos (Ortega, 2015).

De esta manera, las variaciones en las emisiones de gases parecieran estar primero

relacionadas al sistema de tuberías por el cual se emplazarían, que a una perturbación sísmica

en particular. Así, cuando el gas se origina en profundidad y atraviesa conductos de paredes

rugosas o sistemas de plomería complejos, tenderían a generarse en respuesta sismos

principalmente del tipo VT y TO por la sobrepresión de volátiles. En consecuencia, una vez

superada esta etapa en profundidad se liberaría rápidamente el gas a la superficie con un

tiempo de desfase, pudiendo estar o no acompañado de material particulado (Boichu et al.,

2010). En cambio cuando este fluido proviene de cámaras más someras o de fuente

principalmente hidrotermal, la liberación del gas es más pasiva, se detecta la disponibilidad

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