TTE92
Monitoreo de gases volcánicos: análisis de emisiones de dióxido de azufre…
6.2 Implicancias de las corrientes atmosféricas en las mediciones de SO 2
A partir del cálculo del flujo de SO 2 , la velocidad del viento a la altura de la columna de
desgasificación, corresponde al factor que mayor error pueden presentar, debido a las
características atmosféricas y topográficas particulares de cada zona. Sin embargo, de manera
confiable se pueden obtener de diversas maneras (Platt et al., 2018):
A partir de mediciones locales.
De campos de viento a gran escala, que están disponibles en bases de datos regionales
o globales (p. ej., ECMWF o MERRA).
A partir de los datos de correlación medidos dentro de la propia pluma.
Para este estudio la velocidad del viento se recuperó mediante el modelo GDAS1 de la
Administración Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA) que presenta una resolución
temporal de tres horas. Sin embargo, como se observa en la Figura 14, al graficar el flujo de
SO 2 y la velocidad del viento, se observa el mismo patrón oscilatorio a lo largo del perfil
temporal, el cual entre los meses de mayo a septiembre presenta notorias alzas coincidentes
con el invierno en el hemisferio sur.
Por lo tanto, para estudiar la correlación entre las emisiones de SO 2 y velocidad de viento,
la Figura 19 muestra el grado de dispersión que presenta el set de datos. De esta forma se
observa que la tendencia global corresponde a una relación lineal positiva con un coeficiente
de correlación moderado a fuerte (0,519), que refleja una proporcionalidad directa entre
ambos parámetros, donde al aumentar los valores de velocidad de viento, se obtienen
mayores valores de flujo de SO 2 . Sin embargo, dentro de este mismo gráfico, es posible
identificar cierto conjunto de datos que no cumplen con esta tendencia, donde valores
anómalos de flujo de SO 2 corresponden a valores bajos de velocidad de viento.
En consecuencia, la correlación observada entre ambos parámetros no implica
causalidad, sino que, evidencia en general el resultado del cálculo factorial realizado por el
software NOVAC, donde en condiciones de desgasificación pasiva este fenómeno es
esperable. En cambio, de existir algún indicio de actividad volcánica, los valores anómalos
de SO 2 detectados, indicarían una mayor disponibilidad del gas, como es el caso de lo
observado a partir de la emisión de material particulado ocurrido en noviembre del año 2018.
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