Gobernanza ambiental

P. Gutiérrez, N. Cabrera, K. Hermosilla y V. Huiliñir-Curío

familiar y cultural, siendo el principal sustento de su identidad te rritorial (Vidal et al. , 2017). Estas complejas maneras de producción de territorio, paisaje y lugar se distancian de aquellas categorías espaciales vinculadas a las actuales visiones de patrimonio promocionadas por la planificación ambiental y que tienden a encapsularlos como conceptos estables y anacrónicos.A lo anterior, Descola (2012) plantea que las sociedades «no occidentales» no separan «lo natural» de «lo cultural», para lo cual propone comprender las distintas nociones de «naturaleza» como «construcciones sociales» de distintos grupos (Sánchez-Criado, 2005). Muchos seres humanos integran la naturaleza en su vida social a través de diversos mecanismos de adaptación, clasificación e identificación (Bello, 2014). Este proceso de «socialización de la naturaleza» (Descola, 2001) brinda importancia a las relaciones entre entidades humanas y no humanas, como es el caso de las so ciedades no occidentales, muy al contrario de la visión naturalista occidental y su concepción de paisaje como patrimonio natural o cultural. De esta manera, las conexiones entre territorios, lugares, humanos y no-humanos se entiende de manera menos jerárquica y binaria (Jaramillo, 2014), sin olvidar las implicancias políticas de estas interrelaciones, que han dado vida a otros conceptos territo riales sociopolíticos mapuche como lof , rewe , ayllarewe , fütalmapu y wallmapu :

Lo cultural está dado, en cada uno de los espacios, por la presencia de dueños y fuerzas espirituales quienes cuidan sus animales, plantas y fuentes de agua. Las fuerzas o energías espirituales que gobiernan en el espacio otorgan ciertos po deres a los elementos contenidos en él; es así como plantas, animales, agua o barro adquieren significación para la cultura mapuche (…) La presencia de estos seres demuestra que, para la persona mapuche, la naturaleza no es un agregado de re cursos bajo potestad del ser humano; al contrario, sociedad y naturaleza portan espíritu y conforman un todo relacional. (Neira et al. , 2012: 322)

Estas manifestaciones territoriales provenientes de la cultura ma puche continúan siendo invisibilizadas por las visiones de territorio

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