Gobernanza ambiental

Andrés Muñoz-Pedreros

En la depresión intermedia, el bosque más importante fue el de roble, laurel y lingue, desde Victoria hasta la desembocadura del río Maullín, en que dominó roble Nothofagus obliqua , lingue Persea lingue y laurel Laurelia sempervirens . En casi toda esta área se obser va que este bosque prácticamente ha desaparecido, persistiendo solo algunos bosquetes secundarios aislados. Este bosque ocupaba suelos de buena capacidad agroecológica, por lo que ha sido ampliamente sustituido para uso agrícola y ganadero. Hoy en día lo más frecuente es encontrar la denominada formación de parque de roble-laurel, que corresponde a ejemplares aislados de las especies dominantes del bosque original que se encuentran dispersos a lo largo de toda la depresión intermedia en las praderas o campos de cultivo. Las praderas que han reemplazado este bosque, así como la mayoría de los bosques de la zona sur, están dominadas por especies herbáceas introducidas (Matthei et al. , 1995). La fuerte acción antrópica sobre el bosque nativo provocó una severa degradación y simplificación del ecosistema boscoso. Sin em bargo, el ser humano ha diversificado el paisaje, generando nuevos nichos ecológicos, y ha aumentado el número de especies vegetales; donde antes solo existía bosque ahora existen matorrales, praderas, cultivos y otros, formándose un mosaico de origen cultural (Ramírez et al. , 1984). Estos mosaicos ambientales ofrecen una gran diversi dad de hábitats para la fauna silvestre. La fragmentación, entendida como la simple disrupción de la continuidad de un tipo de hábitat (Lord y Norton, 1990), favorece la sucesión primaria natural o la colonización por especies de alta plasticidad ecológica. Actualmente la Región de La Araucanía presenta grandes super ficies de terrenos erosionados, cubiertos con plantaciones de especies exóticas y poco bosque nativo. CIREN (2010) ha registrado 911 mil hectáreas de suelos erosionados (de erosión ligera, moderada, severa y muy severa), lo que representa el 28,6% de la superficie regional. Respecto a las plantaciones forestales, al año 2013 existían 632.289 hectáreas de pino insigne y eucaliptus y, para la cubierta con bosque nativo, ese mismo año se documentaron 964.153 hectáreas totales, pero la mitad son renovales y solo 275.196 hectáreas son

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