Gobernanza ambiental

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GOBERNANZA AMBIENTAL Reflexiones y debates desde La Araucanía

[Eds.].

Andrés Muñoz P. David Figueroa H.

Miguel Escalona U.

M iguel E scalona U lloa Traiguenino. Biólogo

L a gobernanza ambiental tiene como propósito que los actores públicos, privados y organizaciones de la socie dad civil acuerden formas sustentables de relacionarse con la naturaleza y sus recursos naturales. Así también, busca promover un espacio de convergencia que permita la elabo ración y aplicación de políticas y normativas ambientales, en un marco de transparencia, horizontalidad y participación efectiva. Si bien nuestro país aún debe recorrer un largo camino para aproximarse a una gobernanza ambiental efectiva, este libro es pera contribuir a dicho desafío, exponiendo los principales nudos críticos que deben ser resueltos para avanzar en esta materia. Los autores y autoras de este libro reflexionan desde La Arau canía, un espacio que históricamente ha sido objeto de grandes transformaciones que han afectado de manera profunda su natu raleza y cultura. En un contexto donde predominan suelos erosio nados, derechos de agua entregados a perpetuidad a privados y empresas, pérdida de biodiversidad y bosques nativos, y explota ciones silvoagropecuarias no sustentables, la gobernanza ambien tal es una urgencia insoslayable para enfrentar un modelo neoli beral que modifica y tensiona permanente nuestro territorio y sus habitantes.

en Gestión de Recursos Naturales, magíster en Planificación y Gestión Territorial y doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos. Profesor asistente

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del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad

Católica de Temuco. Sus líneas de investigación son la ecología política histórica, la gobernanza ambiental y la planificación y desarrollo regional. A ndrés M uñoz P edreros Médico veterinario, Ambientales. Profesor titular de la Universidad Católica de Temuco e investigador titular del Centro de Estudios Agrarios y Ambientales. Sus líneas de investigación son biodiversidad, paisaje visual, restauración ecológica y manejo de fauna silvestre. Ha trabajado en ecosistemas altiplánicos, mediterráneos, humedales y bosques templados. Autor de 145 publicaciones científicas, entre ellas nueve libros. D avid F igueroa H ernández Profesor de Biología y Ciencias Naturales, magíster en Ciencias, Mención Limnología y PhD Biological Sciences. Fundador y director del Laboratorio de Limnología y Recursos Hídricos de la Universidad Católica de Temuco y profesor del Departamento de Ciencias Ambientales. Sus líneas de investigación son: limnología aplicada, procesos ecosistémicos en sistemas límnicos, contaminación y biodiversidad de ríos y lagos. magíster en Ecología y doctor en Ciencias

MIGUEL ESCALONA ULLOA ANDRÉS MUÑOZ PEDREROS DAVID FIGUEROA HERNÁNDEZ [EDITORES]

Compendio de experiencias del sistema de validación de aprendizajes previos para continuidad de estudios universitarios Pamela Urra • Rud Duvekot

GOBERNANZA AMBIENTAL Reflexiones y debates desde La Araucanía

Ensayos en torno al sentido de la educación Maximiliano Figueroa

Educación, ciencias y artes en Chile, 1797-1843: revolución y contrarrevolución en las ideas y políticas Claudio Gutiérrez

Educación, ciencias y artes en Chile, 1797-1843: revolución y contrarrevolución en las ideas y políticas Claudio Gutiérrez

ISBN 978-956-01-0827-2

Gobernanza ambiental

Libro financiado con aportes de: Departamento de Ciencias Ambientales de la Facultad de Recursos Naturales de la Universidad Católica de Temuco. Núcleo de Estudios Ambientales.

Miguel Escalona Ulloa Andrés Muñoz Pedreros David Figueroa Hernández [editores]

Gobernanza ambiental

Reflexiones y debates desde La Araucanía

338.983 Escalona Ulloa, Miguel E

Gobernanza ambiental. Reflexiones y debates desde La Araucanía/ Miguel Escalona Ulloa, An drés Muñoz Pedreros, David Figueroa Hernández, editores. – – Santiago : RIL editores, 2020. 386 p. ; 23 cm. ISBN: 978-956-01-0827-2 1 recursos naturales-chile. 2 desarrollo sus tentable-chile. 3. economía ambiental-chile.

Este libro contó con la aprobación del Comité Editorial y fue sometido al sistema de referato externo, ciego y por pares.

Gobernanza ambiental. Reflexiones y debates desde La Araucanía Primera edición: septiembre de 2020

© Miguel Escalona U., Andrés Muñoz P., David Figueroa H., 2020 Registro de Propiedad Intelectual Nº 2020-A-3533

© RIL® editores, 2020

Sede Santiago: Los Leones 2258 cp 7511055 Providencia Santiago de Chile (56) 22 22 38 100 ril@rileditores.com • www.rileditores.com

Sede Valparaíso: Cochrane 639, of. 92 cp 2361801 Valparaíso (56) 32 274 6203 valparaiso@rileditores.com

Sede España: europa@rileditores.com • Barcelona

Composición, diseño de portada e impresión: RIL® editores Imagen de portada: Rodrigo Díaz Aravena

Impreso en Chile • Printed in Chile

ISBN 978-956-01-0827-2

Derechos reservados.

Índice

Presentación........................................................................................9

Primera parte Situando la gobernanza ambiental. Transformaciones territoriales y debates sobre gobernanza Capítulo 1 Transformaciones territoriales en Wallmapu/Araucanía. Una ecología política histórica Miguel Escalona Ulloa. ................................................................. 19 Capítulo 2 Reflexiones en torno al concepto de gobernanza: desafíos y limitaciones para los gobiernos locales en Chile Claudia Mercado Cerroni y Félix Rojo Mendoza........................... 71

Segunda parte Situación actual de los recursos naturales regionales. La necesidad de una gobernanza

Capítulo 3

Biodiversidad: importancia y amenazas Andrés Muñoz-Pedreros. ............................................................... 93

Capítulo 4

Gobernanza y biodiversidad Andrés Muñoz-Pedreros. ............................................................. 123

Capítulo 5 Gobernanza en torno a los bosques nativos Celso Navarro Cárcamo y Mario Romero-Mieres. ...................... 175

Capítulo 6 Ecología y gobernanza de las aguas continentales David Figueroa y Patricio de Los Ríos-Escalante........................ 223 Capítulo 7 Diagnóstico del Recurso Hídrico Regional: ¿Cómo estamos en casa? Jorge Jerez, Miguel Aguayo, Francisco Encina y David Fonseca... 239

Tercera parte Una planificación territorial para la gobernanza

Capítulo 8 Evolución de las prácticas de planificación

y reflexiones sobre La Araucanía Patricia Gutiérrez, Natasha Cabrera, Katherine Hermosilla y Viviana Huiliñir-Curío............................ 277 Capítulo 9 Experiencia metodológica en la definición de áreas para el emplazamiento de equipamiento. Un aporte para la elaboración de los planes regionales de ordenamiento territorial (prot) Fernando Peña-Cortés, Jimmy Pincheira-Ulbrich, Daniel Rozas-Vásquez, Eduardo Fernández y Francisco Ramírez-Carrasco. .................................................... 315 Capítulo 10 Avances y desafíos para el desarrollo sostenible y la planificación territorial en La Araucanía Daniel Rozas-Vásquez y Fernando Peña-Cortés........................... 351

Epílogo.............................................................................................381

Presentación

Este libro se terminó de escribir en octubre de 2019, en medio de una de las protestas sociales más grandes del país contra el paquete de políticas neoliberales instaladas hace más de 30 años. Si bien los temas ambientales no han figurado dentro de los más relevantes en estas demandas sociales, sí los conflictos socioambientales en el sur del país se han incrementado, producto de que el agua, la tierra y una serie de bienes comunes han sido privatizados y entregados al mejor postor. En un momento histórico donde los discursos ambientales asociados al cambio climático y a la sustentabilidad encuentran cabida en una sociedad que muestra cierto atisbo de preocupación por lo que ocurre afuera, en el entorno, en el medio ambiente, se hace necesario revisitar y analizar con una mirada crítica los dis tintos «arreglos institucionales» que como sociedad chilena hemos construido para interactuar con la naturaleza, o mejor dicho los recursos naturales 1 , cuya característica principal ha sido orientar y facilitar su explotación hacia el mercado y el extractivismo. En este contexto, la institucionalidad ambiental que ha regido por décadas, junto con ser excesivamente centralizada, ha favore cido la burocracia; prueba de ello es que cada institución que tiene alguna atingencia sobre algún recurso natural (suelo, agua, fauna, vegetación) cuenta «con suerte» con algún instrumento y gestiona su actuar de forma independiente, sin integración alguna. Con ello se ha favorecido la creación de un sinnúmero de instrumentos e instituciones que definen políticas, establecen planes y elaboran programas de corte ambiental, pero que en la práctica no funcio nan de forma concertada, salvo cuando algún proyecto ingresa al 1 Si bien hablar de la naturaleza debería ser el término más propicio, es innegable que en nuestro país y en América Latina hablar de recurso natural es el concepto que permite sustentar un discurso neoliberal.

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sistema de evaluación ambiental (SEA) y se discute su aprobación o rechazo. Esta situación es aún más grave al momento de analizar la participación que la ciudadanía tiene respecto a las decisiones que afectan directamente el patrimonio ambiental de su territorio; esta solo se remite a opinar, llenar un acta de participación en un taller o bien depositar su opinión en un buzón que pocas veces se revisa. Los desafios que debemos plantearnos como sociedad van más allá de observar cómo se gestionan y explotan los recursos natu rales desde el nivel central –control territorial a distancia– siendo necesario avanzar hacia una horizaontalidad ambiental, donde la gobernanza juega un rol fundamental. Si bien existe una constitución que rige y establece el derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación 2 , es necesario proponer acciones que vayan más allá y que permitan reconocer que existe la capacidad para tomar decisiones colectivas entre el Estado, la institucionalidad y quienes habitan el territorio. Este libro busca contribuir a una reflexión inicial respecto a la situación socioambiental de La Araucanía y, desde aquí, promover una discusión al resto del país. Tiene como propósito cruzar esa línea tan propia de las ciencias ambientales que con legítima aspi ración en la década de los sesenta y setenta propuso avanzar hacia un conocimiento científico y sistemático de los recursos naturales –basado en mediciones de parámetros físico-químico-biológicos– para situar la discusión precisamente en aquellos «nudos» que surgen, producto de una gestión ambiental excesivamente vertical. En este contexto, resulta clave dejar de observar la naturaleza de forma despolitizada –fuera de la sociedad– para avanzar hacia una perspectiva politizada, donde los diferentes actores sociales dirimen y acuerdan el uso y acceso a la misma, situación que precisamente la «revolución de la ciudadanía» que a fines del 2019 se manifiesta en Chile busca cambiar.

2 Ver artículo 19, Nº 8. El derecho a vivir en un medio ambiente libre de conta minación. Es deber del Estado velar para que este derecho no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza.

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Presentación

¿Porqué plantear una gobernanza ambiental desde La Araucanía?

Wallmapu , actual región de La Araucanía, ha recibido diversas denominaciones a lo largo de su historia 3 y ha sido objeto de violen tos procesos de transformación ambiental. La naturaleza araucana fue admirada desde tiempos de la conquista española; sin embargo, fueron los naturalistas que se adentraron en La frontera durante el siglo xix, quienes describieron detalladamente sus bosques, ríos y paisaje 4 . Por su parte, el Estado observó con buenos ojos la anexión de este territorio, dadas sus fértiles tierras y ejemplares valles para instalar el progreso 5 . Para analizar la situación ambiental actual de La Araucanía es necesario considerar que esta debe ser estudiada a partir de un enfoque intrínsecamente histórico, porque las configuraciones político-ecológicas contemporáneas deben entenderse a partir de nexos construidos en trayectorias temporales, solo así se podrán determinar qué cambios resultaron de configuraciones pasadas, cuáles han sido provocadas por fenómenos que han ocurrido en el presente y cómo estas se presentan en el futuro. 3 Wallmapu es el nombre dado por algunos grupos y movimientos indigenistas al territorio que los mapuche históricamente han habitado en diversos grados, en el Cono Sur de América del Sur. La frontera fue el nombre utilizado para delimitar la ocupación territorial que tenían los mapuche y españoles, que surgió a partir de la orden establecida por el virrey del Perú, marqués de Montes-Claro, el 29 de marzo de 1612 y tuvo como propósito demarcar una línea entre los españoles y los indios de Chile que tenía como hito el río Biobío. La ix región fue denominada a partir del Decreto Ley N° 575 de 1974. La Araucanía ha sido utilizada como un nombre que acompañaba al anterior; desde promulgada la ley 21.074 del año 2018, se estableció que todas las regiones del país debían utilizar esta denominación y eliminar el uso de números. 4 Domeyko, I. (1846). Araucan í a y sus habitantes . Santiago: Imprenta chilena. Smith, E. (1914). Los araucanos o notas sobre una gira efectuada entre las tribus indígenas de Chile Meridional . Miembro de la Expedición Astronómica Naval de los EEUU en Chile. Traducción de Ricardo E. Latcham, de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía Santiago: Imprenta Universitaria, p. 89. 5 Censo General de la República de Chile. Levantado el 19 de abril de 1875.

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La construcción social de La Araucanía ha estado supeditada a las diferentes culturas y sociedades que han habitado este espacio. Cada una de ellas ha dejado su huella sobre el paisaje, producto de acciones que han tenido como objetivo adaptar este lugar para insta lar procesos productivos basados en la explotación de su naturaleza y la aculturación de sus habitantes. Estas transformaciones han estado mediadas por relaciones de poder e influencias que surgen desde los actores/agentes nacionales y locales, quienes han favorecido la imple mentación de modelos de desarrollo del tipo colonial y extractivo. Ha pasado más de un siglo de estas acciones y LaAraucanía sigue siendo vista como un lugar dotado de infinitos recursos naturales. Han cambiado las técnicas y tecnologías para usar y explotar los recursos; sin embargo, las prácticas extractivas se mantienen. Esto ha traído como consecuencia que en la actualidad el Instituto Nacional de Derechos Humanos establezca que la región se posiciona en el cuarto lugar a nivel país en materia de conflictos ambientales. Las causas se deben precisamente a la instalación de proyectos de energía, actividades productivas asociadas a la acuicultura y la instalación de vertederos 6 . Esta situación demuestra que las políticas e instrumentos que surgen de la institucionalidad actual no promueven la justicia ambiental, ya que son los mismos lugares los que deben lidiar con los impactos socioambientales que surgen de estas actividades. Proponer una discusión de estos elementos es precisamente el objetivo que nos convocó y motivó en la escritura de este libro. Por un lado, conocer y reconocer que existen aún ecosistemas que cuentan con una importante biodiversidad que pueden generar bienestar en la población regional y nacional. Junto con ello, y no menos importante, promover una profunda reflexión respecto a la relación que tenemos en (con) nuestro entorno a partir del habitar. Creemos que la gobernanza ambiental puede contribuir a ello, ya que tiene como propósito que los actores públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil acuerden formas sustentables de relacionarse con la naturaleza y sus recursos naturales. Así tam bién, busca promover un espacio de convergencia que permita la

6 Recuperado de https://mapaconflictos.indh.cl/#/.

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Presentación

elaboración y aplicación de políticas y normativas ambientales, en un marco de transparencia, horizontalidad y participación efectiva. Si bien nuestro país aún debe recorrer un largo camino para aproximarse a una gobernanza ambiental efectiva, este libro espera contribuir a dicho desafío, exponiendo los principales nudos críticos que deben ser resueltos para avanzar en esta materia. Los autores y autoras de este libro plantean que en el actual contexto ambiental, donde predominan suelos erosionados, derechos de agua entregados a perpetuidad a privados y empresas, pérdida de biodiversidad y bosques nativos, y explotaciones silvoagropecuarias no sustentables, la gobernanza ambiental es una urgencia insosla yable para enfrentar un modelo neoliberal que modifica y tensiona permanente nuestro territorio y sus habitantes. El libro se estructura en tres partes. La primera, denominada Situando la gobernanza ambiental. Transformaciones territoriales y debates sobre gobernanza , se inicia con el capítulo de Miguel Escalona Ulloa referido a la trayectoria que han seguido las trans formaciones territoriales ocurridas en Wallmapu/Araucanía desde el siglo xix al xx . Su análisis desde la ecología política histórica permite reconocer c ó mo el «Granero de Chile» –explotación intensiva de trigo ocurrida a finales del siglo xix– y el «Oro verde» –explotación forestal que se intensificó durante el siglo xx– se constituyeron en dos paisajes culturales que reflejan las relaciones de poder y la hegemonía desplegada por diversos actores regionales con el propósito de ins talar el progreso y desarrollo en este territorio. Este sentido común dominante modificó la naturaleza y cultura mapuche generando profundas asimetrías y conflictos, que se mantienen hasta nuestros días. En el capítulo 2, Claudia Mercado y Félix Rojo nos invitan a reflexionar en torno al concepto de gobernanza, sus desafíos y limi taciones. Su discusión señala que, en el actual contexto de un Chile movilizado, las demandas sociales interpelan a un Estado que parece haber perdido el centro de su existencia: representar los intereses de ⁂

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los ciudadanos y resguardar el bien común del pacto social original. Si bien los mecanismos institucionales de los que disponemos en la actualidad se encuentran fuertemente centrados en la ciudadanía, muchas veces estos procesos se reducen a encuentros bi/trilaterales, ocasionales, y con fuerte asimetría en cuanto a información y poder. La segunda parte, que se titula Situación actual de los recursos naturales regionales. La necesidad de una gobernanza , integra una serie de trabajos que, junto con entregar información actualizada de cada uno de los recursos naturales, discuten la gestión ambiental que se realiza sobre ellos y los inconvenientes para una gobernanza efectiva. Los capítulos 3 y 4, elaborados por Andrés Muñoz-Pedreros, nos muestran un panorama actualizado de la diversidad biológica re gional y sus amenazas. Estas surgen producto de la fragmentación del hábitat, los incendios forestales permanentes e invasores biológicos en aumento, que exponen a las poblaciones de vida silvestre a una reduc ción de sus tamaños efectivos y a un aislamiento permanente. Para hacer frente a esta situación plantea algunos criterios para su gobernanza, los cuales deben orientarse a valorar la diversidad biológica e incluir todo el territorio nacional en las estrategias de conservación. El capítulo 5, escrito por Celso Navarro y Mario Romero, abor da temáticas asociados a la gobernanza del bosque nativo. En ellos plantean que, si bien son de alta productividad, diversidad y belleza escénica, no están ajenos a ciertas amenazas globales producto del floreo, extracción de leña sin planes de manejo o instrumentos sin base ecológica. Para que una gobernanza sea efectiva, es crucial la educación ambiental y la modificación de la calificación del delito de cortas ilegales de bosques, dadas las faltas graves al cumplimiento de los instrumentos de manejo forestal. En el ámbito de los recursos hídricos, el capítulo 6, de los au tores Patricio de Los Ríos y David Figueroa , muestra un panorama respecto a los ríos, lagos y humedales distribuidos en zonas costeras, valles intermedios y zonas andinas de la región. Plantea también que, desde el punto de vista ecológico, la composición de flora y fauna está regulada, no solo por las características geográficas, sino ade más por el grado de intervención antrópica. En el capítulo 7, Jorge

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Presentación

Jerez, Miguel Aguayo, David Fonseca y Francisco Encina, junto con entregar antecedentes actualizados respecto a la situación del agua, enfatizan en el marco jurídico. En el caso del código de aguas, seña lan que 16 titulares de la región concentran el 23% de los derechos de agua. Esta situación también está generando un agotamiento de los derechos de agua sobre caudales superficiales solicitados por usuarios no indígenas que está generando diferentes grados y tipos de conflictos con la población local. La tercera parte, que se denomina Una planificación territorial para la gobernanza, plantea los desafíos que el modelo territorial en Chile enfrenta para promover gobernanzas locales. El capítulo 8 reúne a cuatro académicas vinculadas a la geografía y las ciencias sociales, Patricia Gutiérrez, Natasha Cabrera, Katherine Hermosilla y Viviana Huiliñir-Curío, quienes plantean que el reconocimiento del espacio desde sus diferentes enfoques es crucial para la planificación, aún más en el caso de La Araucanía, producto de su identidad parti cular basada en su geografía y en el legado de sus pueblos originarios. Por su parte, el capítulo 9, de los autores Fernando Peña-Cortés, Jimmy Pincheira-Ulbrich, Daniel Rozas, Eduardo Fernández y Fran cisco Ramírez-Carrasco, señala que el ordenamiento territorial tiene un rol fundamental en una sociedad que aspira a mejorar su calidad de vida. Hacen énfasis en la interacción entre la descentralización del poder central y el rol de un nuevo instrumento de planificación territorial denominado Plan Regional de Ordenamiento Territorial (PROT). Finalmente, el capítulo 10, elaborado por Daniel Rozas Vásquez y Fernando Peña-Cortés, plantea que, para avanzar hacia un desarrollo territorial sostenible, la relación ciencia-política es un componente crítico que debe ser abordado dentro de las estrategias de gobernanza en múltiples escalas de toma de decisiones. El epílo go final se orienta a establecer algunas acciones preliminares para implementar procesos de gobernanza ambiental para La Araucanía.

Los Editores

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Primera parte

Situando la gobernanza ambiental. Transformaciones territoriales y debates sobre gobernanza

Capítulo 1

Transformaciones territoriales en Wallmapu/Araucanía. Una ecología política histórica

Miguel Escalona Ulloa 1

Resumen

Wallmapu/Araucanía , desde su incorporación a la República de Chile a finales del siglo xix, ha sido objeto de importantes trans formaciones territoriales. El Estado chileno, apoyado por las elites económicas y la clase política e intelectual, movilizó acciones que permitieron la apropiación de la naturaleza, a través de la explota ción de los recursos naturales y la usurpación de la tierra al pueblo mapuche. Este trabajo utiliza la perspectiva de la ecología política histórica para comprender cómo la construcción de paisajes cultu rales se convirtió en un dispositivo para ejercer el poder y justificar la explotación de la naturaleza araucana en busca del progreso y desarrollo, favoreciendo con ello transformaciones que han dete riorado ambientalmente este espacio regional y generado conflictos socioambientales. Utilizando el marco teórico-conceptual de paisajes de poder, es posible analizar cómo a lo largo de la historia regional han emergido diferentes paisajes, el Granero de Chile vinculado al

1 Departamento de Ciencias Ambientales, Facultad de Recursos Naturales, Uni versidad Católica de Temuco, Chile.

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cultivo de trigo (siglo xix) y luego Oro verde asociado a la explo tación forestal (siglo xx).

Palabras clave: Wallmapu/Araucanía, Ecología política histó rica, Paisajes de poder, Transformaciones territoriales.

L a perspectiva crítica de la ecología política ha dado paso a que en la actualidad se reflexione respecto al origen de los conflictos socioambientales (Perrault et al. , 2015). En ello ha influido un am plio movimiento social y político que tiene como propósito lograr la justicia ambiental (Martínez-Allier, 2016). Desde sus orígenes, su enfoque ha profundizado en aquellos factores que en la actualidad generan desequilibrios en la interacción sociedad-naturaleza y que tienen que ver con las relaciones de poder que movilizan ciertos grupos para promover la apropiación de la naturaleza y así instalar modelos de desarrollo de tipo colonial y extractivo que terminan afectando las costumbres y tradiciones culturales. Sin embargo, no se ha enfatizado en el contexto histórico que han seguido estos fac tores y las transformaciones que han generado en distintos espacios regionales. La Ecología Política Histórica (Offen, 2004) puede contribuir a ello. En el caso específico de este trabajo se utiliza esta perspectiva para comprender la trayectoria que han seguido las transformaciones territoriales ocurridas en Wallmapu/Araucanía 2 . Este trabajo hace énfasis en cómo las relaciones de poder se expresan espacialmente conformando dos tipos de paisaje de poder: el Granero de Chile y el Oro verde (Escalona, 2019; Escalona y Barton, 2020), con el propósito de reconocer la supremacía o preponderancia de algunos

2 En este capítulo se ha optado por utilizar el términoWallmapu/Araucanía para referirse a la actual Región de La Araucanía. El propósito de ello es reivindicar el violento proceso de transformación ambiental ocurrido en la construcción social de este espacio regional, énfasis que es posible observar en la argumen tación que sustenta este trabajo.

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paisajes por sobre otros y los efectos ambientales que surgen a partir de esta hegemonía. Este capítulo se divide en cuatro secciones. En la primera parte se plantea un marco de análisis que permite comprender la perspec tiva de los paisajes de poder y su relación con la ecología política histórica. La segunda sección hace énfasis en las descripciones de algunos cronistas que dan cuenta del «paisaje originario» 3 presente en este espacio regional donde habita el pueblo mapuche, se hace énfasis en las primeras transformaciones territoriales que surgen a partir de los discursos que se construyeron en torno a su naturaleza y cultura, los cuales tuvieron como propósito utilizarla y explotarla para llevar a estas latitudes el tan anhelado «progreso». La tercera sección profundiza precisamente en estos elementos, describiendo una serie de hechos y acontecimientos que posibilita ron la expresión del paisaje de poder denominado Granero de Chile durante la segunda mitad del siglo xix. Este surge a partir de las leyes de colonización que favorecieron la usurpación de la tierra al pueblo mapuche y la campaña militar de Cornelio Saavedra, acciones que allanaron el camino para la instalación de fuertes, la fundación de ciudades y la construcción del ferrocarril, que permitió trasladar los frutos que entregaban las fértiles tierras araucanas hacia centros metropolitanos. En la cuarta sección se indaga en aquellos factores que incidieron en la construcción del paisaje de poder del Oro verde asociado a las plantaciones forestales. Ya conocida la fertilidad de la tierra para la producción de granos, fue necesario buscar otras vocaciones productivas. En este aspecto el Estado y los colonos fueron actores claves para promover la explotación forestal e iniciar 3 Si bien existe una amplia discusión respecto al concepto de paisaje originario, ver George P. Marsh. Man and Nature . New York, Charles Scribnes and Co., 1867, p. 6 y ss. Richard Hartshorne. The Nature of Geography . Pennsylvania, The Science Press Printing Company, 1939, p. 174. Carl Sauer. The Morphology of Landscape. En John Leigh ed. Land & Life. A selection from the writings of Carl Ortwin Sauer , 1925, p. 315-350. Berkeley and Los Angeles: University of California Press. Perkins Marsh, 1867; Sauer, 1925; Hartshorne, 1939. Su utilización en este trabajo tiene como propósito resaltar que, previo a la llegada del Estado chileno a la región, existía una forma de habitar propia del pueblo mapuche, sobre la cual se instalan nuevas formas de organización espacial que dan inicio a las transformaciones ambientales.

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la forestación con nuevas especies traídas de otros continentes. El paisaje del Oro verde logrará el «consentimiento» de la sociedad nacional/regional a partir de las políticas impulsadas desde el nivel central durante gran parte del siglo xx. En la última sección se presen tan los comentarios finales, que se orientan a reflexionar respecto a las profundas transformaciones territoriales ocurridas en Wallmapu/ Araucanía y cómo los procesos de gobernanza a nivel local pueden contribuir a la sustentabilidad regional. 1. Paisaje, poder y transformaciones territoriales. una ecología política histórica El paisaje tiene una relación con el ser humano y el mundo cotidiano de la vida. A partir de este vínculo, el estudio del paisaje transita desde perspectivas que permiten reconocerlo como algo externo a la experiencia humana, hacia enfoques que consideran que el ser humano forma parte de él. Para comenzar, es necesario consi derar que, constantemente, «el ser humano crea medios peculiares para separarse del mundo» (Cassirer, 2014). De ahí entonces que las dimensiones materiales e inmateriales que nos permiten adentrarnos en la comprensión del paisaje sean necesarias para situar la discusión. La filosofía contemporánea plantea que nuestra corporalidad nos sitúa en un lugar que nos permite identificarnos con él y con los elementos que están presentes alrededor (Waldenfels, 2019). La dimensión material abarcaría entonces el mundo de las formas, expresiones y apariencias que adquieren un carácter más concreto. En ella prevalecen concepciones más orientadas a la racionalidad y al mundo tangible, donde los elementos o «grafías» del paisaje son concebidas mediante elementos aparentes o visibles. Esta visión es acotada y tiene ciertas limitaciones, ya que ignora que estos fenó menos llegan a nosotros también a través de nuestros sentidos, por lo tanto, el intelecto no basta; aquí surge entonces la dimensión inmaterial. Para el ser humano la conciencia no es suficiente para reconocer un paisaje. Es necesario utilizar los sentidos para trans formar aquellos elementos del entorno en paisaje (Simmel, 2013). Esto pone de manifiesto que no es posible comprenderlo solo por

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sus características físicas, sino que requiere abrirse al campo de la expresión simbólica y, para ello, es necesario reconocerlo desde el plano sensorial y perceptual. El paisaje entendido desde una dimensión más compleja per mite señalar que el ser humano está contenido en él y, durante su experiencia de habitar, construye un tipo particular de paisaje de acuerdo a sus expectativas y privilegios. Esta reflexión surge a partir de reconocer los enfoques tradicionalmente utilizados en el estudio del paisaje, en los cuales predominan concepciones antagónicas, vale decir, entendido como naturaleza/cultura, material/inmaterial o bien donde solo predominan elementos empíricos (Cassirer, 2014; Muir, 1998; Husserl, 1962; Popper, 1991). Estos planteamientos, si bien son adecuados, resultan demasiado neutros para comprender la incidencia del paisaje en las transformaciones que ocurren a ni vel territorial. Por tanto, se hace necesario transitar desde aquellas ideas que planteaban visiones más objetivas o cartesianas respecto al paisaje, hacia ámbitos subjetivos o simbólicos que se enmarcan en perspectivas fenomenológicas (Sauer, 1925; Lowenthal, 1961; Meinig 1979; Cosgrove y Daniels, 1988). El enfoque fenomenológico con el paso del tiempo se fue orientando hacia una comprensión del paisaje desde la vivencia, en la cual el ser humano forma parte de él y se constituye en un agente transformador del mismo a partir de sus prácticas cotidianas (Tuan, 1974; Ingold, 1993; Bhabha, 2002; Cassirer, 2014; Simmel, 2012). El paisaje entendido desde las anteriores perspectivas no es sufi ciente para comprender su complejidad, ya que deja de lado aquellas acciones que surgen de la experiencia que tiene el ser humano al momento de habitar y que permiten construir un tipo particular de paisaje, el cual se expresa a través de las transformaciones am bientales. Por ello surge la idea de plantear la noción de paisaje de poder , el cual se nutre de las anteriores posiciones, pero propone una perspectiva más crítica al reconocer que el vínculo que surge entre el paisaje y el poder se encuentra influenciado por la hegemo nía cultural (Gramsci, 1999) que imponen los grupos dominantes mediante diversos mecanismos, instituciones, costumbres y valores

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que influyen en la forma de entender el mundo. Mediante estas ac ciones se promueve en la sociedad el sentido común, que se traza a partir de las relaciones de poder (figura 1).

Figura 1. Construcción teórica del paisaje de poder

Figura 1. Construcción teórica del paisaje de poder (PdP). Fuente: elaboración propia.

Fuente: elaboración propia.

Este trabajo utiliza los paisajes de poder (Escalona y Barton, 2020) que proporcionan una estructura para vincular a la ecología política histórica en diferentes contextos socio-territoriales. Este marco de análisis proporciona información sobre las relaciones de poder a través de procesos históricos. Karl Offen (2004) y Diana Davis (2009, 2015, 2016) han señalado la importancia de incorpo rar procesos históricos en la comprensión de las ecologías políticas contemporáneas, ya que proporcionan un contexto adecuado para analizar las diferentes configuraciones socioecológicas y asimetrías de poder. Diana Davis (2009: 286) señala la importancia de entender que las construcciones sociales actuales tienen raíces antiguas: «Lo que estos estudios revelan es la importancia que alcanzan las ideas sobre el mundo natural y la naturaleza de los cambios ambientales desarrollados bajo el imperialismo occidental, el colonialismo y otras formas más sutiles de control».

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Transformaciones territoriales en Wallmapu/Araucanía

En este sentido, es posible señalar que las transformaciones territoriales que han ocurrido en Wallmapu/Araucanía surgen de las interacciones entre el paisaje y el poder, las cuales han estado mediadas o se han visto influenciadas por la hegemonía de una eli te nacional y regional que a lo largo de la historia han promovido acciones tendientes a la explotación de la naturaleza araucana y la búsqueda incesante de nuevas vocaciones productivas.

2. El paisaje ‘originario’ del Wallmapu/Araucanía en la pluma de los naturalistas

Una de las primeras referencias a la naturaleza araucana surge de las descripciones que realizaban algunos cronistas respecto a estas tierras y sus habitantes. Al respecto, Alonso de Ovalle en 1646 señalaba:

La grandeza de sus jurisdicciones y poblaciones nunca fue en forma de ciudades, porque todo lo que olía a algún género de sujeción o apretura no les agradaba, sino el desahogo y liber tad, allí vivían en los campos cada cacique con sus vasallos, y parcialidad, conforme a la comodidad de cada uno, estos en aquel valle, aquellos en la falda de aquel monte, otros a la orilla de un río, unos a la entrada de un bosque, y otros dentro de una montaña, o a la ribera del mar, sin más gobierno, ni cabildo, que la voluntad del cacique a quien todos los demás están prontos y sujetos a obedecerles 4 .

Este tipo de relatos expresa la naturaleza exuberante presente en este espacio regional. La riqueza geográfica que es posible encontrar en estas latitudes se presenta mediante la descripción de sus múltiples valles, ríos, bosques y montes. En medio de este territorio emerge la figura del pueblo mapuche, quien habita este lugar y se distribuye a lo largo y ancho de estas tierras, siempre cercano a la naturaleza y agrupado en torno a una autoridad.

4 De Ovalle, A. (1646). Histórica relación del Reyno de Chile y de las misiones y ministerios que exercita en él la Compañía de Jesús . Impreso en Roma por Francisco Caballo, p. 89.

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Descripciones posteriores realizadas por el intelectual chileno abate Juan Ignacio Molina en 1788 detallan la organización terri torial del pueblo mapuche sobre estas tierras:

Los araucanos dividen todo el largo de este país en cuatro Uthanmapu o Principados paralelos, y casi de un mismo ancho, y a los cuales dan los nombres de Lauquenmapu, esto es, país marítimo, Lelgunmapu, país llano, Inapiremapu, país subandino, y Piremapu, país andino, subdividiendo cada Uthanmapu en cinco Aillarehue o Provincias, y cada Aillare hue en nueve Rehues o prefecturas. El principado marítimo comprende de septentrión a medio día las provincias de Arau co, Tucapel, Ilicura, Boroa y Nagtoltén; el principado llano abraza las de Encol, Purén, Repocura,Maquehue y Mariquita; el subandino contiene las de Marven, Colhue, Chacaico, Que cheregua y Guanahue; y finalmente en el principado andino se cuentan todos los valles de la cordillera situados dentro de los límites que dejamos expuestos 5 .

En esta descripción, junto con resaltar las características que presenta este territorio provisto de llanos, mar y cordillera, reseña la administración territorial que lleva a cabo el pueblo mapuche. En ella destaca una característica peculiar y que se vincula al habitar de este pueblo, donde existe una relación entre la materialidad de los hitos naturales del entorno con aquellos elementos simbólicos. Los Uthanmapu o forma de organización geopolítica mapuche que les permitía ocupar grandes extensiones de terreno surgen como un elemento central en la narrativa. La naturaleza araucana también fue descrita por el pueblo ma puche. Es el caso del relato realizado por Pascual Coña. Este cacique, que habitó en la costa del Wallmapu –lafquenmapu– entre 1840 y 1927, dejó documentadas algunas particularidades del paisaje en el libro Vida y costumbre de los indígenas araucanos en la segunda mitad del siglo xix , escrito por ErnestoWilhelm de Moesbach, misio nero capuchino, quien lo publicó ya entrado el siglo xx. Las reseñas que Coña comunicaba hacían hincapié en sus vivencias cotidianas:

5 Molina, J. I. (1788). Compendio de la historia geográfica, natural y civil del Reyno de Chile . Impreso en Madrid por Antonio de Sancha, p. 14 y 15.

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…Rauquenhue, mi tierra natal, está situada a orillas del Océano Pacífico. Al lado opuesto a este se halla un hualve cubierto de totora, el cual en ambos extremos comunica con el lago de Budi. En el lado de acá hay una porción de tierra rodeada de agua, la isla Huapi.Al norte Rauquenhue deslinda con Deume y al sur se extiende hasta Puauchu. Es una región cuyo suelo es plano, a lo menos no tiene cerros altos; pero tampoco contiene pampas extensas; solo hacia Deume hay una llanura. En dirección a Puauchu existen grandes selvas, donde había pumas, chillas, zorros grandes y gatos monte ses. Además, albergan una manada de vacunos alzados, que pertenecían al rico cacique Ancan de Puaucho 6 .

La descripción realizada por este cacique se basa en topónimos que «nombran» lugares específicos asociados al sector costero; junto con ello, este tipo de caracterizaciones da cuenta de la vivencia e interacción cotidiana que Coña tiene de su entorno. Mediante una serie de descripciones detalladas se presentan los espacios que forman parte de su vida junto al mar. Es la naturaleza la que proporcionaba los elementos necesarios para vivir y con ella surgen prácticas habi tuales que implicaban la colaboración de todos quienes formaban parte de la comunidad. Las formas de uso del espacio que tenía el pueblo mapuche y que han sido descritas anteriormente no resultaban propicias para las estrategias que comenzaban a discutirse a nivel central y que ter minarían con la anexión de este territorio al resto del país, mediante la eufemística ‘pacificación de La Araucanía’, ocurrida a finales del siglo xix, . El uso común de la tierra no era el más adecuado para acumular capital o bien instalar algún ciclo productivo. El interés de los grupos dominantes y del Estado por adentrarse en el sur del país, descubrir sus bondades y explotar las riquezas se transformó en una tarea primordial. Es aquí donde juegan un rol importante los naturalistas y científicos, entre los cuales destacan Ignacio Domeyko, Gustave Vernory, Edmond Smith, Recaredo Tornero y muchos otros, quienes se embarcaron en largos viajes de

6 WilhelmMoesbach, E. (1930). Vida y costumbre de los indígenas araucanos en la segunda mitad del siglo xix . Santiago: Imprenta Universitaria, p. 28.

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exploración hasta lograr penetrar en Wallmapu/Araucanía y descri bieron la naturaleza y costumbres del pueblo mapuche, documentos que de alguna manera contribuyeron a la ocupación y explotación productiva de este lugar. Una de estas travesías fue la realizada por Ignacio Domeyko, quien publicó en 1846 el libro Araucanía y sus habitantes . Sus regis tros fueron influenciados por una perspectiva etnocentrista y, según el contexto del momento, sus vivencias y el conocimiento del lugar, interpret ó los distintos elementos que lo configuraban. Las primeras páginas de la crónica dan cuenta de ciertas consideraciones a tener al momento de adentrase al país ocupado por los araucanos:

El que con tales ideas y sentimientos recorra el territorio de los indios chilenos, tendrá que estudiar (…) primero, la situación física y la naturaleza del país ocupado por ellos; segundo, el estado moral en que se hallan actualmente, sus usos y costumbres; tercero, las causas que se oponen, hasta ahora, a la civilización de dichos indios, como también los medios más oportunos de que se debe valer Chile para la reducción de ellos 7 .

El énfasis que establece Domeyko en este párrafo de la crónica se sustenta en la posibilidad concreta de civilizar este espacio. Para lograr este objetivo es necesario conocer la geografía y los recursos presentes en estas tierras, además de experimentar de forma directa las costumbres de quienes viven en ellas, elemento fundamental para reducir al pueblo mapuche. La descripción de la naturaleza forma parte central de su crónica:

Una costa, dos cordones de montañas, dos de cordilleras y una pampa intermedia. He aquí la configuración exterior del te rritorio indio, reducida a su más concisa y sencilla expresión 8 . El árbol más abundante, que ejerce un dominio universal en toda la extensión de las indicadas montañas, es el roble (Fagus dobeyi, Mirbel; australis, Pöeppig). Su madera, según

7 Domeyko, I. (1846). Araucania y sus habitantes . Santiago: Imprenta chilena, p. 3. 8 Domeyko, I. (1846). Araucanía… Op. cit., p. 16.

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Pöeppig, iguala en calidad a la de las encinas de Inglaterra y de Norteamérica 9 .

La naturaleza para este científico es un recurso natural que podía ser incorporado en algún proceso productivo y, por tanto, el grosor del tronco, su follaje y la posibilidad de transformarlos en madera son los elementos principales que salen a luz en la línea retórica de este documento. A partir de esta información se iniciará la explotación de la naturaleza araucana, ya que los valles, ríos y montañas que son descritos en esta crónica se ajustan a lo esperado por las elites del país. Este lugar cuenta con ríos anchos para que sobre ellos se dispongan vapores y así extraer las maderas. Los suelos llanos están disponibles para su cultivo; en otras palabras, existen todos aquellos elementos para instalar el «progreso» en este espacio regional, el cual justificara las primeras transformaciones que se expresaran a través del paisaje del Granero de Chile. La hegemonía ejercida sobre un territorio depende de esta cons trucción y la insistencia en ella durante décadas, hasta que la mayoría de las personas lo conciben como un sentido común, produciendo así consentimiento que no requiere coerción más directa o violenta. Si bien el interés inicial en la región por parte de las autoridades chilenas estaba vinculado al control geopolítico del nuevo Estado nación, la ocupación de la región adquirió un nuevo objetivo. El au mento de la minería de nitrato en el norte del país, la desaceleración de la producción agrícola europea, la fiebre del oro de California y el crecimiento de la población australiana proporcionaron nuevas fuentes de demanda. Con nuevos mercados, la agricultura se con virtió en un sector comercial dinámico y la conversión de los suelos del Wallmapu/Araucanía para la producción de trigo resultaría clave (Escalona y Barton, 2020). 3. El ciclo productivo del trigo: el granero de Chile

9 Domeyko, I. (1846). Araucanía … Op. cit., p. 17.

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Un factor que aseguraría el control de este espacio regional era el asentamiento de la mayor cantidad posible de población. Esta estrategia se inició con la promoción de políticas en favor de la llegada de migrantes y nuevas poblaciones al sur del país. Uno de los primeros hitos que contribuyó a ello fue la promulgación en 1845 de la Ley sobre establecimientos de colonias de naturales y extranjeros, que permitió a la máxima autoridad del país disponer de terrenos y entregar algunos beneficios a quienes poblaran estas latitudes. Al respecto esta ley señalaba:

Se autoriza al presidente de la república para que en seis mil cuadras de los terrenos baldíos que hay en el Estado pueda establecer colonias de naturales y extranjeros que vengan al país con ánimo de avecindarse en él y ejerzan alguna industria útil, les asigne el número de cuadras que requiera el estable cimiento de cada uno y las circunstancias que lo acompañen; para que les auxilie con los útiles, semillas y demás efectos necesarios para cultivar la tierra y mantenerse el primer año 10 .

Con esta ley se inició un proceso de profundas transformaciones territoriales, serán «nuevos» habitantes quienes arriben al Wallmapu/ Araucanía para explotar la tierra. El arribo de extranjeros y criollos, a juicio del Estado, resultaba crucial para «civilizar» este espacio e instalar la modernidad. Con estas reglas se instó a entregar tierras a estas familias y sus descendientes, situación que requería tener cierto stock de suelos despejados y disponibles para ser facilitados. En este periodo el uso del fuego se constituyó en herramienta política crucial para llevar a cabo cambios en el medio ambiente regional. A mediados del siglo xix se utiliza para generar terror en el pueblo mapuche y así desplazarlo de sus tierras; en otros momentos de la historia regional se utiliza para «limpiar las tierras» y permitir el asentamiento de población, además de utilizarse para instalar los ciclos productivos asociados al trigo y las plantaciones forestales. Durante este proceso, las cartas enviadas por algunos caciques daban cuenta de la usurpación de las tierras que se llevaba a cabo

10 Ley de 1845. Sobre establecimiento de colonias de naturales y extranjeros. Santiago, 18 de noviembre de 1845. Artículo 1, p. 2.

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al interior del Wallmapu/Araucanía y los cambios socioambientales que esto traía aparejado. El cacique mayor Wentekol dirige una misiva al presidente de la República de Chile, José Joaquín Pérez, el 24 de septiembre de 1861. En ella expresaba los embates con los cuales debían lidiar algunos toquis para defender sus tierras, que eran acosadas por colonos. Al respecto señalaba:

El toqui MangilWenu murió el 21 de noviembre del año pasa do. Luego se mandó avisar de su muerte a Salvo, y contestó que nos mantuviésemos sosegados para hacer la paz (…) enseguida pasó el Biobío a quemar sembrados, casas, cautivar familias para venderlas como esclavas, robarnos nuestros animales, y se mantuvo un mes en la montaña escondido (…) 11 .

El control territorial que el Estado realiza a través del uso del fuego y las irrupciones constantes al interior de los butalmapus fue ron actos que forman parte del colonialismo que se instaló en este lugar. De alguna manera, el conflicto contemporáneo por el que pasa la región tiene su origen en acciones que se basan en la diferencia cultural establecida hace más de un siglo. Son precisamente estas diferencias las que se reclaman por parte de los caciques directamente al propio presidente. En estas circunstancias, quien tuvo un rol activo en transformar definitivamente este espacio regional por la vía de la militarización fue Cornelio Saavedra, quien planteó la idea de la construcción de una línea de fuertes, los cuales con el paso del tiempo se transfor marían en pequeños asentamientos que impulsarían el comercio y la ocupación de los terrenos colindantes. Al respecto señalaba:

El sistema de civilización y subordinación (reducción) de los indígenas (...) consiste: 1. en avanzar la línea de La fronte ra hasta el río Malleco; 2. en la subdivisión y enajenación transferencia de los terrenos del Estado comprendidos entre

11 Wentecol. Carta al presidente de la República de Chile, José Joaquín Pérez, 24 de septiembre de 1861, en Pávez, J. (2008). Cartas Mapuches del siglo xix . San tiago: Ocho libros, p. 363. Según el autor, el original de esta carta se encuentra en el Archivo Nacional, Santiago de Chile, Fondo Vicuña Mackenna, vol. 50, f. 36-37v (antigua foliación).

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