Gobernanza ambiental

Andrés Muñoz-Pedreros

dos veces el producto geográfico bruto de todas las economías del mundo (Costaza et al. , 1997). En encuestas realizadas a nivel nacional por el Ministerio del Medio Ambienta (MMA) en 2014 y 2015 a mayores de 18 años y habitantes de ciudades se preguntó: «Según su percepción y en una sola frase, ¿cuál es el principal problema ambiental que le afecta a usted? Respuesta espontánea y múltiple». Nadie mencionó ningún deterioro a la biodiversidad, al patrimonio natural o a la natura leza como un fenómeno que le afecte directamente (MMA 2014a, MMA 2015a). El senegalés Baba Dioum en un texto presentado en 1968, en la reunión trienal de la Asamblea General de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), escribió que «al final conservaremos solo lo que amamos, y solo amamos lo que entendemos, y solo entendemos lo que nos enseñan». La educación es entonces un elemento clave para una gobernanza efectiva de la biodiversidad. La Ley de Bases del Medio Ambiente define la educación ambiental (EA) como un proceso permanente de carácter interdisciplinario destinado a la formación de una ciu dadanía que reconozca valores, aclare conceptos y desarrolle las habilidades y las actitudes necesarias para una convivencia armónica entre los seres humanos, su cultura y su medio biofísico circundante. De este modo, la promoción de una actitud positiva hacia el am biente es un asunto de valores, y así la EA busca, sobre todo, crear una ética ambiental en la población (Muñoz-Pedreros, 2014). Para orientar las políticas de EA sobre la biodiversidad se debe conocer, primero, la percepción y el conocimiento que la ciudadanía tiene sobre este tema y los estudios realizados indican que la percepción no es suficientemente positiva y el nivel de conocimiento es bajo (Muñoz-Pedreros et al. , 2018); de este modo, el conocimiento debe ser abordado en la educación formal, con innovación curricular que incorpore el conocimiento científico en temas de conservación y biodiversidad en las mallas curriculares a distintos niveles acadé micos de la educación formal (Jorquera-Jaramillo et al. , 2012); y la EA debe focalizarse en mejorar la percepción y promover una ética

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