Gobernanza ambiental

Gobernanza y biodiversidad

las características básicas biológicas y de historia de vida. Es decir, falta conocimiento de la historia natural de las especies en general, y de las amenazadas en particular. Desde los generadores de información científica se espera el desarrollo de urgentes líneas de investigación; especialmente deben cubrir la grave falencia de especialistas. Hace más de dos décadas el Comité Nacional de Diversidad Biológica (1995) declaró que «un problema común a todos los grupos es el bajo número de especia listas chilenos en taxonomía y sistemática». Ahora la situación es peor, ya que los pocos que había, ahora están muertos o jubilados, y con raras excepciones no lograron formar discípulos (Yáñez, 2012a, b). Pero a esto hay que agregar casi la muerte de la historia natural; como paradoja, la revista más prestigiosa de Chile en esta área, la Revista Chilena de Historia Natural fundada en 1897 por Carlos Porter, y que es una verdadera biblioteca de conocimiento sobre la flora y fauna chilena, ha declinado en los últimos años en la frecuencia de artículos sobre historia natural (e.g., reproducción, dieta, depredación, ecología, conservación). Cuando un investigador intenta abordar estos tópicos en las revistas extranjeras usualmente no son aceptados a priori , tildándolos «solo de interés local», lo que se agrava con las exigencias de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), actual Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, que solo considera publi caciones en índices como WoS o Scopus con alto factor de impacto. Claramente es un incentivo perverso para la angustiante necesidad de información sobre la biodiversidad de Chile. Esto rebota, entre otras instancias, en el Comité de Clasificación de Especies del Mi nisterio del Medio Ambiente, ya que para muchas especies no existe esta información. Peor aún, detiene y frustra los intentos de manejar las especies que lo necesitan. Es una exigencia de interés nacional que el CONICYT y otros fondos (siempre insuficientes) apoyen la historia natural y que las universidades y los centros de investigación independientes actúen en consecuencia.

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