La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)

en esta época, Sereno -qu e por lo tanto ya había avanzado en la vida, ya había elegido e iniciado una carrera- se dirige a Séneca. Siempre en ese orden de las relaciones individuales y alrededor de Séneca, tomemos a Lucilio, al cual va a destinarse entonces toda esa larga correspondencia que, a partir de 62 , va a ocu­ par a aquél, junto con la redacción de las Cuestiones naturales, que por otra parte también se dirigen y dedican al mismo Lucilio. Pues bien, ¿quién es Lucilio? Es un hombre que tiene unos diez años menos que Séneca.^*^ Ahora bien, si tene­ mos en cuenta [eso]. Séneca, en el momento en que se retira e inicia esta co­ rrespondencia y la redacción de las Cuestiones morales, es un hombre de sesenta años.’ ^ Podemos decir entonces, en términos generales, que Lucilio debía tener unos cincuenta años, entre cuarenta y cincuenta. De todas maneras, en la época de la correspondencia era procurador de Sicilia. Y la intención de las cartas, para Séneca, es lograr que Lucilio pase del epicureismo, digamos, un poco laxo, no claramente teorizado, a un estoicismo estricto. Bueno, ustedes me dirán que con Séneca tenemos, de todos modos, un caso bastante particular: se trata, por una parte, de una práctica realmente individual y, por la otra, de un alto diri­ gente político, y después de todo no tenía sin duda ni tiempo ni ocasión ni ganas de dirigirse a todos los jóvenes y aleccionarlos. Pero si toman a Epicteto, que es un profesor de profesión, a diferencia de Séneca, pues bien, Epicteto, es cierto, tiene una escuela. Abre una escuela que se llama “escuela” y en la cual hay alumnos. Desde luego, entre ellos hay mu­ chos, sin duda una gran cantidad de jóvenes, que acuden a formarse. Esta fun­ ción formativa de la escuela de Epicteto se señala, se manifiesta en muchas par­ tes de las Pláticas recogidas por Arriano.^*^ Por ejemplo, reprende a todos esos Para la relación de Séneca con Lucilio {y la edad de este último), conviene remitirse a P. Gri­ mai {Sénèque ou la conscience ., ob. cit., pp. 13 y 92-93), así como a) artículo, más antiguo, de L. Delatte, “ Lucilius, l ’ami de Scnèque” , Les Études classiques, IV, 1935. pp. 367-545 ; cf. tam­ bién M. Foucault, Le Souci de soi, ob. cit., pp. 64 y 69- Para los problemas de datación de las Cuestiones morales, cl texto básico sigue siendo el prefacio de P. Oltramare a su edición de la obra {Questions naturelles, tomo I, París, Les Belles Lettres, 1929 [traducción castellana: Cuestiones naturales, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1979]). En ese texto, Oltramare sitúa la redacción de las Cuestiones entre 61 y 64 (más precisamente, de.^de fines de 63 hasta principios de 65). lo cual lo lleva a la conclusión de "que son anteriores a la mayoría de las Epístolas a Lucilio" (p. vii). En lo concerniente a la data­ ción de ias cartas a Lucilio, es discutida extensa y detalladamente por P. Grimai en Sénique ou la conscience.. . , ob. cit. (pp. 219-224 y sobre todo el apéndice I: “ Læs Lettres à Lucilius. Chro­ nologie. Nature” , pp. 441-456). Flavio Arriano (alrededor de 89-166), nacido en Bitinia en una familia aristocrática, toma co­ mo maestro a Epicteto en Nicópolis. Se consagra entonces a transcribir fielmente la palabra del

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