La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)

nos encontramos en el paisaje de esos jóvenes ambiciosos y ávidos que procura­ ban ejercer el poder en la Atenas de los siglos V y IV a .C . ; estamos en cambio ante todo un mundillo o todo un gran mundo de hombres jóvenes, o de hom ­ bres en plena madurez, o de hombres que nosotros consideraríamos viejos, y que se inician, se alientan unos a otros, se ejercitan, sea por sí solos o bien co­ lectivamente, en la práctica de sí. Algunos ejemplos, simplemente. Tomemos, en las prácticas de tipo indivi­ dual, las relaciones entre Séneca y Sereno, quien consulta a aquél al principio de De tranquillitate, en el que le escribe - s e le atribuye [escribir] o probable­ mente escribe él m ism o - una carta en la cual describe su estado de ánimo y p i­ de a Séneca que le dé consejos, que pronuncie un diagnóstico y represente, en cierto modo, el papel de médico del alma para con él.^^ Pues bien, este Sereno, al cual también estaba dedicado De constantia y verosímilmente, por lo que se sabe, el De otio^^ ¿quién era?^“^ N o era en absoluto un adolescente del tipo de Alcibíades. Era un hombre joven, de provincias (familia de notables, parientes lejanos de Séneca) que había llegado a Roma, donde comenzó una carrera de político e incluso de cortesano. Favoreció las relaciones de Nerón con una de sus amantes; ya no sé cuál de ellas pero, en fin, no importa mucho.^^ Y más o menos Se trata del primer desarrollo del diálogo de Séneca {De la tranquillité de l'âme, 1, 1-18, en D ia ­ logues, tomo IV, traducción de R. WaJtz, ob. cit., pp. 71-75). Estos tres tratados {De la constancia d í l sabio, De la tranquilidad del alma. Del ocio) represen­ tan, tradicionalmente, la trilogía de la conversión (bajo la influencia de Séneca) de Sereno, que pasa del epicureismo al estoicismo. Sin embargo, P. Veyne (“ Préface” a Séneca, Entretiens, Let­ tres à Lucilius, París, Robert Laffont, 1993, pp. 375-376) data este tratado en los años 62-65 (lo cual excluye que haya estado dedicado a Sereno, muerto antes de 62 ) , en el momento en que Séneca se resigna ai retiro y empieza a imaginarlo como una oportunidad. Sobre la relación de Sereno con Séneca, además de lo que dice Foucault en Le Souci de sai (ob. cit., pp. 64 y 69 ) , hay que recordar sobre rodo, en la obra clásica de P. Grimai {Sénèque ou la conscience de l ’Empire, Paris, Les Belles Lettres, 1979), las paginas consagradas a ella (pp. 13-14, 26-28 y. en especial, 287-292, con re speao a su carrera y su presunto epicureismo). Se supone que Sereno fue pariente de Séneca (tiene el mismo apellido) y que le debía su carrera (caballe­ ro, desempeñó durante la década de los cincuenta el cargo de prefecto de los vigilantes). Murió en 62 , envenenado por un plato de hongos, y fiie llorado por Séneca en su carta a Lucillo 63,14. Se trata de Acté, cuyos amores con el príncipe son encubiertos por Sereno: “ [Nerón] dejó de obedecer a su madre y se puso en manos de Séneca, uno de cuyos parientes, Anneo Sereno, fin­ giendo estar enamorado de la misma liberta [Acté], había contribuido a disimular los primeros deseos del joven Nerón y prestado su nombre para que los obsequios que el príncipe hacía, en secreto, a la joven, pareciesen una muestra de esplendidez de su parte” (Tácito, Annales, XIII, 13, traducción de P. Grimai, París, Gallimard, 1990, p. 310 [traducción castellana: Los Anales, Madrid, Credos, 1979-1980, dos volúmenes]).

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