TTE154

para la recuperación de los niveles de fósforo perdidos durante la actividad, y mediante el uso de carbonato de calcio (CaCO3) bajar los niveles de saturación de aluminio, de rica concentración en los andisoles de Chile debido a la presencia de material orgánico (OM) (Matus et al., 2006). De origen volcánico, son suelos jóvenes generados de la actividad volcánica explosiva y efusiva dada durante el holoceno en la península de Hualaihué, expulsando escoria basáltica en tamaño de lapilli. Hay evidencia de capas de pómez andesítico del volcán Calbuco y riolíticas del volcán Chaitén en los depósitos de tefra de la zona, predominando los depósitos ricos en vidrios y cristales. (Watt et al., 2011). Los elevados aportes orgánicos que reciben los suelos se deben principalmente a la gran cantidad de humedad y a la densa vegetación de la zona, cubierta por bosques, que forman complejos Al, Fe-húmicos (que dan el color negro característico del humus), pero que inhiben la formación de arcillas alofánicas en las capas superficiales, debido a que el Al no es capaz de combinarse con el Si para formarlas, y en su lugar lo hacen los complejos Aluminio-humus que son más reactivos al fósforo presente en las tefras que el alofán (Nanzyo et al., 1993a). Los complejos Al-humus suelen estar acompañados de la formación de materiales no cristalinos como alofán e imogolita en condiciones de meteorización por ácido carbónico en el horizonte A. Sin embargo, ácidos orgánicos presentes en las capas superficiales bajan el pH y previenen la disociación de ácido carbónico, inhibiendo su lixiviación hacia capas inferiores (Shoji et al., 1993). La estabilización del Al y Fe en las capas superficiales se conoce como el proceso “anti-alofán” (Besoain, 1985). La caracterización de las muestras de suelo tomadas en la península de Hualaihué muestra, según Besoain et al. (2000), “un horizonte A oscuro y grueso con alto contenido de materia orgánica (12-25% C-orgánico); retención

21

Made with FlippingBook - Share PDF online