TTE160
INTRODUCCIÓN
La agricultura es el principal consumidor de agua fresca en el mundo y representa casi el 70% de las extracciones totales de este recurso y hasta el 95% en algunos países en vías de desarrollo (FAO, 2017). La creciente población mundial y los efectos del cambio climático global han incrementado la presión sobre este recurso (Blanco et al ., 2019), es por ello, que el uso y gestión del agua constituye un importante desafío en diferentes partes del mundo, incluyendo a nuestro país. Las sequías se determinan cuando hay un déficit con respecto al registro histórico de precipitación (sequía meteorológica) y/o del caudal en los ríos (sequía hidrológica). La sequía meteorológica que se observa en Chile entre Coquimbo y Los Lagos cumplió una década en 2019 y por eso se le ha llamado “mega sequía” (Garreaud, 2019). Se estima que el aumento en la demanda de los usuarios del agua, los cambios en el uso de suelo y las variaciones climáticas, conduzcan a una disminución generalizada del recurso para el periodo 2030-2060 (Morales, 2021). La falta de agua para riego es cada vez más evidente en la zona frutícola nacional, lugar donde se concentra, además, la mayor densidad demográfica y los principales rubros económicos. El estrés hídrico puede llegar a afectar negativamente al conjunto de las funciones fisiológicas de las plantas, tales como la fotosíntesis, respiración y reacciones metabólicas diversas, lo cual puede repercutir en variaciones anatómicas indeseadas sobre el crecimiento, reproducción y desarrollo del fruto y/o semilla (San Martín y Acevedo, 2001). La matriz frutícola nacional se divide en viñas para vinificación y frutales, en conjunto, alcanzan cerca de 345.000 ha. Dentro del último grupo, la producción de frutos secos es relevante, alcanzando 77.000 ha divididas entre nogales ( Juglans regia L.), avellanos europeos ( Corylus avellana L.), almendros ( Prunus dulcis L.), pistacho ( Pistacia vera L.) y nuez de macadamia ( Macadamia integrifolia ), con 40.000 ha (Iannamico, 2015), 25.000 ha (FAO, 2020), 9.000 ha, 149 ha y 1,49 ha (CIREN-ODEPA, 2019), respectivamente. El nogal ( J. regia ), es una especie originaria de Asia Central, difundida y cultivada en diversas zonas de clima mediterráneo y templado del mundo (Lemus et al ., 2010). Su producción mundial es liderada por China (≈2.000.000 t de nueces producidas, constituyendo el ≈50% de la producción mundial), con una tasa de crecimiento media anual de 9,2% en los últimos cinco años, Irán, EEUU, Turquía y Ucrania (Muñoz, 2017). Chile, por otra parte, destaca en el hemisferio sur produciendo 125.000 t (FAO, 2020). En huertos adultos de nogales, Ferreyra et al . (2001) reportaron que los requerimientos anuales de agua, dependiendo de la localidad, pueden variar entre 6.652 y 11.406 m 3 ha -1 al año, descontando el aporte que puedan realizar las precipitaciones.
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