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relacionadas al patrimonio en Chile, y que se alejan inclusive de las expectativas

e intereses de las mismas personas que solicitan la patrimonialización de la casa,

esto en tanto a las mismas instancias que conlleva el proceso, como en los

posibles usos y representaciones formales de la casa.

García Canclini (1999), nos advierte que las diversas investigaciones

antropológicas y sociológicas sobre la manera en que es transmitido el saber a

través de las escuelas y de las instituciones encargadas de la difusión y

transmisión del conocimiento, demuestran que los diversos grupos de la sociedad

se apropian de manera diferente y desigual de la herencia cultural del contexto

social mayor, pues “si bien el patrimonio sirve para unificar a una nación, las

desigualdades en su formulación y apropiación exigen estudiarlo también como

espacio de lucha material y simbólica entre las clases, las etnias y los grupos”

(García, 1999, p.18). Indicándonos, que el patrimonio cultural ha venido

sirviendo como recurso para reproducir las diferencias entre los diversos grupos

que componen la sociedad y la hegemonía de quienes logran un acceso preferente

a la producción y distribución de los bienes culturales.

1.2. El patrimonio en acción

García Canclini (1999), nos dice que sin la figura del Estado es inexplicable la

vasta producción de representaciones patrimoniales; Siguiendo a Ll. Prats

(2004), la sociedad demanda a las instituciones; Pero, como preguntaba más

arriba ¿Quién es está sociedad? y ¿Quién decide qué mostrar en la vitrina? La

sociedad no, dice Ll. Prats, ni los grupos sociales sin el apoyo político del Estado

tampoco.

“ La sociedad puede adherirse y/u otorgar (u oponerse y denegar),

consensuar una representación, una imagen un discur so (…) y siempre

en grado y forma variable según los individuos; pero esta representación,

esta imagen, este discurso han sido elaborados por alguien concreto con

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