TTE235

reunirnos a horarios cómodos para ambos, los cuales los encontrábamos ya entradas las horas de la noche, 56 abriéndose un espacio virtual, él en Temuco y

yo en Victoria, en donde nos extendíamos largos momentos conversando, en

donde prácticamente le ponía un tema de conversación y él me daba toda una

charla con largas historias y anécdotas, inclusive en donde aparecían los gatos

por entre medio de las cámaras de las pantallas y se daba el tiempo para hablar de animales, gatos y Jorge Teillier. 57

Por lo que en este sentido no hubo mayores peripecias, sino más que la

continuación e implementación de algo ya no tan desafiante, ni tampoco tan

desconocido, la aplicación de la etnografía virtual dando buenas experiencias.

3.2. De lo dicho a lo hecho en el quehacer antropológico: Entre intenciones

y acciones profesionales

El desafío de trabajar en la puesta en valor de la casa, para que fuese representada

como un bien patrimonial, cuyos sentidos fuesen reconocidos por la comunidad

de Lautaro y la ciudadanía en general, se fue presentando ante mí, desde las

primeras acciones disciplinarias y represento todo un dilema ético y profesional

desde mi mirada y formación antropológica, ya que, si en algún momento no

sabía muy bien lo que tenía que hacer en la OTRA, la mirada cotidiana del sentido

común, y de lo adquirido y aprehendido durante mis años de estudios de

antropología, me indicaba que un elemento patrimonial debería reflejar al menos

algún sentido para la comunidad que lo rodea, siendo que mis primeras ideas para

aportar en el trabajo eran llegar a la mayor cantidad de personas posibles de la

comuna de Lautaro y así develar si este bien realmente podría ser considerado

como patrimonio.

56 Inclusive una vez nos reunimos muy tarde pasada la medianoche. 57 Como el gato Pedro, el regalón del poeta, o como que Jorge Teillier vivió con muchos gatos en su casa en la Ligua.

78