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236). Accedemos, por tanto, a explicar el estudio de los campamentos desde las

diversas perspectivas utilizadas por los y las antropólogas chilenas en sentido de su

dimensión territorial y de la construcción de una territorialidad basada en la identidad

que los pobladores le imprimen al espacio. Así mismo, una conceptualización de la

organización social se imbrica con las categorías anteriores como la característica

fundante de los campamentos como espacios de lucha y organización social.

7.4 Territorialidad

Para este caso, el territorio puede comprenderse desde una percepción en la cual se

adapte a los cambios y decisiones que generan determinados grupos humanos u

organizaciones sociales, y para eso, la perspectiva política es la que más se acerca

hacia la visión de territorio que poseen los pobladores de los campamento, ya que “el

territorio es un espacio apropiado por los grupos sociales, para fijarse en él, asegurar

su supervivencia, construir viviendas y rutas, explotar productos, delimitar dominios.”

(Capel, 2016:7). Al mismo tiempo, la territorialidad, como concepto contenido en la

noción de territorio se hace ver en las formas subjetivas y particulares (individuales y

colectivas) del vivir y significar un territorio (Calis et al., 2017).

De este modo, para entender en mayor profundidad la territorialidad de los

campamentos, García (2006) los describe como la delimitación simbólica que

establece los de adentros y los de afueras en los sentidos de identificación de la gente.

Esta delimitación se va definiendo de manera intersubjetiva, o sea, que el territorio

sólo es pensable y comprensible en la medida en que se conozcan y descifren los

contenidos y las maneras como las personas viven, experimentan, imaginan, piensan,

proyectan e inscriben sus sentimientos de pertenencia, sus intereses, sus prácticas y

poderes en él. Por ende, entendemos el territorio como “una construcción colectiva,

de grupo y ethos, referida a un ‘espacio apropiado’ por un grupo social para garantizar

su sobrevivencia y reproducción”. (Ther, 2012: 498), donde el territorio implica abarcar

la dimensión del poder en cuanto a prácticas de control y dominio sobre el espacio,

añadiendo las condiciones de circunscripción territorial que expresan o simbolizan el

grupo de personas, en este caso los pobladores. Esto puede ser visto en cómo

determinados grupos sociales van transformando el espacio territorial desde su

función en lo que colectivamente consideran las vivencias, nociones y valoraciones

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