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de pobladores irrumpieron a partir de los problemas urbanos de la migración campo

ciudad, desde la década del 90’ en adelante el problema que enfrentaron fue la

dificultad de convertirse en propietarios de una vivienda (Ibid., 2014). Por lo tanto, en

cada época experimentan una dinámica diferente pero siempre marcada por la

relación de conflicto con el Estado y su política de vivienda.

A través de un mapeo comunal en Viña del Mar, Santibáñez identifica asentamientos

(Achupallas, Forestal, Reñaca Alto y Miraflores) que agrupan al 90% de las familias

que viven en tomas de terreno dentro de la comuna, lo que el propio Santibáñez define

como “bolsones de pobreza” (Ibid., p. 716), esto es, espacios de marginalidad

colindantes barrios consolidados y con plena urbanización. En este sentido, y para

poder acceder a los campamentos, Santibáñez utiliza un enfoque etnográfico donde,

a través del diálogo con los miembros de los comités identifica la importancia de la

organización sindical en conjunto con la CORVI (Caja de Habitación en la Corporación

de la Vivienda) en la regulación de los terrenos donde se emplazaba un campamento

(Achupallas). Para el autor, esto es relevante porque recalca el grado de organización

de un movimiento social con capacidad para modificar sus condiciones habitacionales

afianzando los lazos al interior del campamento. Vale decir, poseen la capacidad de

transformar la historia de su grupo familiar, del lugar donde viven y la ciudad de la

cual también están siendo sus constructores.

Finalmente, en el estudio de caso sobre la población Menzel, Aucapan (2015) se

enfoca principalmente en describir el proceso social que genera en las unidades

familiares en construir un proyecto de historia local sobre la población que se declara

invisibilizada a los los ojos de las instituciones estatales. La autora, a través de relatos

de los pobladores, reconstruye parte de su memoria colectiva que intenta plasmar una

identidad de grupo que difiere de la impuesta desde el centro de la ciudad. Una mirada

sobre la población que la coloca en la marginalidad, exclusión, delincuencia y

homogeneidad versus una identidad poblacional construida por un sujeto social

forjado al calor de la lucha por la vivienda llevada a cabo por parte de los damnificados

del terremoto de 1960, campamento “Los Rucos”.

Es de igual forma tanto para los pobladores como para Aucapan, un documento

escrito que legitima las diversas formas de organización que se dieron internamente

en el transcurso de estos años, donde expone experiencias organizacionales exitosas

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