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Para llevar a cabo el ideal de una gestión integral de los elementos culturales e integrarlos

en la vida cotidiana, es necesario efectuar acciones concretas siguiendo las etapas necesarias de

aquellas gestiones. Querol (2010) nos habla de los mecanismos de la Gestión del Patrimonio

Cultural, los que separa en cuatro acciones principales: conocer, planificar, controlar y difundir.

Hernández (2002) habla de estrategias de gestión del Patrimonio incluyendo en estas: la

planificación, organización, comunicación, control y evaluación de las acciones de puesta en valor

patrimonial. En esta ocasión compartiremos la propuesta de Querol (2010):

1. Conocer: “el conocimiento de lo que se tiene, de su estado de conservación de sus

caracteres jurídicos de propiedad, etc., va a ser un punto de partida imprescindible para

el diseño de cualquier política de Gestión” (Querol, 2010, pp. 51 -52).

2. Planificar: “las actividades de la gestión planificadora, son todas aquellas que destinan

a programar lo que en el futuro se va a hacer con los bienes culturales” (Querol, 2010,

p. 52). “este grupo de actividades es especialmente propio de las administraciones

públicas. La sociedad civil tiene muy poco espacio, ninguno en la práctica, en esta

especialidad” (Querol, 2010, p. 53) .

3. Controlar: para que se cumplan las obligaciones y condiciones óptimas para los

elementos del Patrimonio Cultural, “es necesaria gran cantidad de gente trabajando en

actividades de control: inspecciones, seguimientos de denuncias, formación de

personal especializado… Casi todos estos contextos son también administrativos; no

obstante, la sociedad civil puede desempeñar un importante papel … ya que la denuncia

ante un acto de daño, destrozo o expolio de bienes culturales puede iniciarla cualquier

persona. Basta con que tenga voluntad y conocimiento para ello .” ( Querol, 2010, p.

53).