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Petro logía e implicancias tectónicas de las rocas ígneas del antearco…

La subducción de una dorsal explica coherentemente por qué las expresiones

mayores de magma en el Eoceno ocurren en el Cinturón Pilcaniyeu, puesto que, ocurre en

el arco donde hasta ahora se postula la mayor apertura de la ventana astenosférica. Las

perturbaciones astenosféricas en el flat-slab de la placa Farallón y la subducción oblicua,

explican por qué en el antearco las expresiones magmáticas son menores y aisladas del

resto del contexto geológico. El margen sur de Centroamérica entre Costa Rica y Panamá,

experimentó la evolución de un arco con subducción oblicua, el cual, al ser sometido a

variaciones en el vector de convergencia dentro de la oblicuidad, el flujo astenosférico se

vio inhibido disminuyendo la cantidad de fluidos provenientes de la cuña mantélica

(Fernández Paz et al., 2018). El resultado fue un magmatismo de bajo volumen y con pocos

aportes del flat-slab , similar a lo ocurrido en la Granodiorita Metalqui, Pórfido Dacítico

Gamboa y Andesitas Punta Gaviota, donde, reconstrucciones cinemáticas de las placas

Phoenix y Aluk apuntan a que la placa Farallón subducía muy oblicuamente (tendencia

general de los vectores: rumbo N10E – N30E, casi paralelo a la fosa; vector actual de

rumbo aprox. N80E, casi ortogonal a la fosa) con una baja tasa de convergencia bajo la

placa Sudamericana (Cande y Leslie, 1986; Pardo-Casas y Molnar, 1987; Somoza y

Ghidella, 2005).

El contexto tectónico Eoceno sería la culminación de los procesos tectónicos y

magmáticos que afectaron al margen suroccidental de Gondwana desde el Jurásico, donde

primero ocurrió una subducción de cortezas oceánicas relativamente viejas (Farallón y

Phoenix), seguido de subducción de cortezas más jóvenes (Farallón y Aluk) y finalmente la

subducción de una dorsal (Farallón-Aluk bajo Sudamérica) con una paulatina atenuación de

la actividad tectónica entre los 60 y 35 Ma (Folguera y Ramos, 2002) hasta producirse el

quiebre de la placa Farallón en Cocos por el norte y Nazca por el sur durante el Oligoceno

(26-23 Ma) lo cual produjo un nuevo proceso de magmatismo durante el Mioceno con el

Complejo Volcánico Ancud y Complejo Volcánico Guapi-Quilán (CVGQ) (Henríquez

Ascencio, 2016). Después de los 8 Ma, la actividad orogénica en el retroarco al sur de los

38 ˚ S queda totalmente en receso (Hervé y Ota, 1993).

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