Gobernanza ambiental

P. Gutiérrez, N. Cabrera, K. Hermosilla y V. Huiliñir-Curío

unidades administrativas. En consecuencia, se ha desarrollado un sistema y modelo de territorio, según patrones culturales, regímenes económicos, formas de ocupación y uso del suelo. La importancia del territorio radica en su expresión desde lo físico a lo social, desde su historia a los intereses de desarrollo y sus relaciones y dinámicas, que se manifiestan en los actuales modelos territoriales, como señala Monnet (2013) : «El territorio corresponde a un espacio definido, producido y ordenado por acciones humanas, mientras la territorialidad representa la dimensión espacial de los actores y los valores que estos atribuyen al espacio intervenido. En cuanto a la territorialización, esta cubre el conjunto de acciones implementadas por estos actores en nombre de sus valores» (1) . Es decir, relevar las acciones humanas que se generan en este espacio, los valores que este espacio tiene para los actores que habitan en él y la acción de estos actores sobre el espacio según sus valores. Al hablar de territorio queda implícita, entonces, la práctica de plani ficar y actuar sobre estos escenarios, reconociendo la realidad local en sus principios. La planificación territorial 5 ha actuado como una constante durante la historia, especialmente con la llegada de la Revolución Industrial a fines del siglo xviii, época en la que comenzó un cambio radical en los sistemas productivos. El aumento demográfico implicó una mayor utilización de elementos de la naturaleza, tanto como materia prima, como sistemas de repositorio, situación que generó una mayor degradación ambiental, que se fue extendiendo por todo el planeta (Gudynas, 2004; Estenssoro, 2010). Los impactos nega tivos de esta revolución no fueron –ni siguen siendo– únicamente ambientales, sino además sociales. Esto promueve que en Europa 5 En este marco se reconoce en la Guía Metodológica para la estrategia regional (Soms, 1995) como el concepto de planificación es un conjunto de procedi mientos para relacionar lo que se quiere lograr (objetivos), con la forma de lograrlo (estrategia) y los instrumentos de que se dispone para tales propósitos (políticas, programas, presupuestos). De la planificación estratégica al desarrollo sostenible

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