La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
cuencia del desplazamiento cronológico de la inquietud de sí del fin de la ado lescencia a la adultez era esta fianción crítica de la práctica de sí. La segunda consecuencia va a ser un paralelismo muy nítido y muy marca do entre la práctica de sí y la medicina.^* En efecto, desde el momento en que la práctica de sí tiene por función principal, o por una de sus funciones princi pales, corregir, reparar, restablecer un estado que, por otra parte, tal vez nunca haya existido en la realidad, pero cuyo principio indica la naturaleza, podrán ver que nos acercamos a un tipo de práctica que es la de la medicina. Que la fi losofía siempre se haya concebido en una relación privilegiada con la medicina es algo para cuya aparición no hay que esperar, desde luego, hasta el periodo del que les hablo (siglos I-II). Ya es muy claro en P l a t ó n . Y en la tradición fi losófica posplatónica es aun más claro: el ontosphilosophein de Epicuro es el kat ’ aletheian hygiainein (es sanar, curar según la verdad);^^ entre los estoicos, sobre todo a partir de Posidonio,^"^ la relación entre medicina y filosofía —más exacta- C f. M. Foucault, Le Souci de soi, ob. cit., pp. 69-74. El texto fundador para esa relación de complementariedad de la medicina y la filosofía es sin duda Sobre la medicina antigua, perteneciente al corpus hipocrácico: “Algunos médicos y sabios declaran que es imposible conocer la medicina cuando no se sabe qué es el hombre, pero que ésa es precisamente la ciencia que debe adquirir quien quiera curar correctamente a los enfermos, y ese discurso que profieren se encauza hacia la filosofía" {L'Ancienne médecine, traducción de A-'J. Festugiére, París, Klincksieck, 1948, pp. 17-18 (traducción castellana: Sobre la medicina antigua, en Tratados hipocráticos, romo I, Madrid. Credos, 1983]. Para el estudio de esa rela ción en Platón y, en términos más generales, en la cultura griega antigua, Foucault había podido leer el capítulo “Greek medicine as paideia” en la Paideia de W. Jaeger (vol. HI, Oxford, Basil Blackwell, 1945, edición inglesa revisada por el autor) [traducción castellana: “ La medicina griega considerada como p a ide ia " , en Paideia. Los ideales de la cultura griega, México, Fondo de Cultura Económica, 1957], así como R. Joly, “Platon et la médecine” . Bulletin de ^Association Guillaume Budé, pp. 435-451; P.-M. Schuhl, “ Platon et la médecine” , Revue des études grecques, 83, 1960, pp. 73-79 ; J . Jouanna, “ La Collection hippocratique et Platon” , Revue des études grecques, 90, 1977, pp. 15-28. En B. Vitrac, Médecine et philosophie au temps d'Hippocrate, Saint-Denis, Presses universitaires de Vincennes, 1989. se encontrará una síntesis reciente. “N o hay que simular filosofar, sino filosofar de veras [ontosphilosophein]-, pues no debemos pa recer tener buena salud, sino tenerla verdaderamente [kat'aletheian hygiainein]" (Epicuro, sen tencia Vaticana 54. en Lettres et maximes, ob. cit., pp. 260-261). Sobre este punto, cl texto esencial sigue siendo la presentación que hace Galeno de las funcio nes del hegemonikon (parte dominante del alma) en Posidonio, en su D e placitis Hippocratis et Platonis (cf. L. Edelstein e L G . K idd [comps,]. Posidonius, I. The Fragments, Cambridge, C am bridge University Press, 1972). Contra Crisipo, Posidonio sostiene la independencia relativa de las funciones irracionales (irascibles y concupiscibles) del alma. En consecuencia, hace falta algo más que un mero juicio recto para dominar las pasiones, que interesan a] cuerpo y sus equilibrios: para disolverlas, se requieren toda una terapéutica y una dietética, y no sólo una corrección del
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