La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
caso de las escuelas epicúreas. Y en éstas —y también en las pitagóricas, por io demás-, la guía espiritual tenía un gran papel. Unos cuantos comentaristas —en particular D e Witt, en una serie de artículos consagrados a las escuelas epicú reas-*^ afirman que la escuela epicúrea estaba organizada según una jerarquía muy compleja y rígida, que había toda una serie de individuos, el primero de los cuales era por supuesto el sabio, el único sabio que nunca había necesitado d i rector: el propio Epicuro. Epicuro es el hombre divino (el theios aner) cuya sin gularidad - y la singularidad sin excepción alguna- consiste en que él y sólo él fiie capaz de salir de la no sabiduría y lograrlo por sí mismo. Pero al margen de ese sophos, todos los demás necesitaron directores, y De Witt propone una jerar quía: los philosophoi, los philologoi, los katbegetai, los synetheis, los kataskeuazo- menoi, e t c é t e r a ,q u e habrían tenido en la escuela puestos y fijnciones particula res, con un papel específico para cada uno de esos puestos y valores en la práctica de la dirección (unos sólo dirigían grupos bastante grandes mientras que otros, al contrario, tenían derecho a ejercer la dirección individual y guiar a los individuos, en el momento en que ya estaban suficientemente formados, ha cia esa práctica de sí indispensable para alcanzar ia felicidad buscada). De hecho, parece que esta jerarquía, propuesta por gente como De Witt, no corresponde del todo a la realidad. Esta tesis fue objeto de una serie de críticas. Si quieren, pueden consultar un volumen muy interesante de ios coloquios de la asociación Guillaume Budé, que está dedicado al epicureismo griego y romano.^' Por lo tanto, es indudable que hay que tener menos certezas que D e Witt con respecto a la estructura jerárquica cerrada, muy fuertemente institucionali zada que él presenta. De la práctica de la dirección de conciencia en la escuela [epicúrea] podemos retener cierta cantidad de cosas. En primer lugar lo s i guiente, atestiguado por un texto importante al que tendremos que volver, es crito por Filodemo"^ (epicúreo que vivió en Roma, que era ei consejero de Lucio Artículos reeditados en N . W. de Witt, Epicurus and his Philosophy, Minneapolis, University oí Minnesota Press. 1954 (2 *e d . , Westport, Conn ., 1973). N . W. De Witt, “Organisation and procedure in Epicurean groups” , Classical Philology, 31, 1936. p. 205 ss.; reeditado en Epicurus.. . . ob. cir. Association Guillaume Budé. Actes du VHT congrès. Pans, 5 -10 avr il 1968, París, Les Belles Let tres. 1970; cf. la crítica de Gigante contra la jerarquizacion de De Witt, pp. 215-217. Filodcmo de Gadara, griego originario del Cercano Oriente, se traslada en un principio a Ate nas para instalarse junco a Zenón de Sidón, y luego se establece en Roma en la década de los secenca a.C.; allí se convierte en amigo, confidence y direccor de conciencia de L. Calpurnio Pisón Censorino, suegro de César y cónsul en 58 a.C. (sobre esta relación, cf. M . Gigante, La Bibliothèque de Philodéme.. . , ob. cit., capítulo V), antes de establecerse definitivamente en
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