La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)

Entre los estoicos, la práctica de la dirección de conciencia parece haber esta­ do menos vinculada a la existencia de un grupo un poco cerrado sobre sí mismo y que llevara una existencia comunitaria; la exigencia de amistad, en particular, aparece de una manera mucho menos clara. Según los textos de Epicteto transmi­ tidos por Arriano, podemos hacernos una idea de cómo era la escuela de aquél en N i c ó p o l i s .E n principio, parece que no era en verdad un lugar de coexistencia, sino simplemente de reuniones, reuniones bastante frecuentes y exigentes. En la plática 8 del libro II hay una pequeña anotación sobre los alumnos a los que se envía, en cierto modo, a hacer compras y encargos en la ciudad; lo cual implica entonces, pese a todo, pese a !a falta de división de la existencia, cierta forma d e . .. iba a decir de internado.^^ Los alumnos, sin duda, estaban obligados a per­ manecer durante toda la jornada en un lugar que, por supuesto, estaba en la ciu­ dad, pero que no se comunicaba o no se dejaba que se comunicara con mucha fa­ cilidad con la vida cotidiana. En ese lugar había varias categorías de alumnos. En principio, los alumnos regulares, que por su parte se dividían en dos categorías. Estaban quienes acudían para completar, en cierto modo, su formación, antes de entrar en una vida política, una vida civil [ .. .] / [Epicteto] menciona también el momento en que tendrán que ejercer cargos, cuando se presenten al emperador y tengan que elegir entre la adulación y la sinceridad y, también, afrontar las conde­ nas. Tenemos, por lo tanto, a esos alumnos que concurren para hacer en cierto modo una pasantía, una pasantía previa a la vida. Probablemente sea un caso de ese tipo el que se presenta en la plática 14 del libro II, en la que se ve a un roma­ no que llega con su hijo a ver a Epicteto. Y éste explica de inmediato cómo conci­ be la filosofía, cuál es a su juicio la tarea del filósofo y en qué consiste la enseñan­ za de la f i l o s o f í a .D e alguna manera, expone al padre el tipo de formación que está dispuesto a impartir a su hijo. En consecuencia, se trata de alumnos, por de­ cirlo así, pasantes. Están también los alumnos regulares, alumnos regulares que Nacido en Frigia hacia el año 50, esclavo de F^pafrodico (liberto de Nerón y patrón brutal, apare­ ce con frecuencia en las Pláticas), antiguo discípulo de Musonio Rufo, Epicteto, una vez liberado, abre una escuela de filosofía en Roma antes de sufrir, a principios de la década del noventa, las medidas de exclusión del emjwrador Domiciano. que expulsa a los filósofos de Italia. Se establece entonces en la ciudad griega de Nicópolis (Epiro), donde funda una nueva escuela. Residirá en ella hasta su muerte (alrededor de 125-130), pese a gozar de los nuevos favores de Adriano. “ Por lo demás, cuando enviamos a un joven a hacer diligencias [epi tinaspraxeis] fuera de la es­ cuela. ¿por qué rememos que se comporte mal?” (Epicteto, Encreiiens, II, 8, 15, ob. cit., p. 31). Sólo se escucha: “que serían probablemente jóvenes, digamos (...) ustedes, los ricos” . “Un día que un romano había entrado con su hijo y escuchaba una de sus lecciones; ‘Tal es, d i­ jo Epicteto, la modalidad de mi enseñanza’” (ibíd., 14. 1. p. 54).

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