La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
muy impresionantes y muy bellos: el famoso retrato de Antonino, que es sober bio y, al m ismo tiempo, una pequeña teoría no tanto del poder imperial como del personaje i mp e r i a l . Ha y , por lo tanto, grandes elaboraciones y además una muy pequeña, una mera evocación de Frontón, en la que dice: debo a Frontón haber comprendido hasta qué punto el ejercicio del poder entrañaba la hipo cresía y, también, cuán “ incapaz de afecto” es nuestra aristocracia.^“^ Estos dos elementos muestran en Frontón a un representante de la franqueza, en oposi ción a la hipocresía, la lisonja, etcétera; es la noción de parrhesia, a la cual vol veré. Y además, por otra parte, el afecto; afecto que es el basamento sobre el cual Marco Aurelio y Frontón desarrollan su relación. Voy a citarles entonces una carta; la carta, a mi juicio, más característica de lo que puede ser, lo que podía ser, si así lo prefieren, la dirección de conciencia, vivida desde el lado del dirigido. Se traca, en el libro IV de las cartas de Marco Aurelio, de la número 6 de éste a Frontón, en la que escribe:^^ Nos encontramos bien. Yo dormí poco debido a un pequeño escalofrío que, no obstante, parece haberse calmado. De modo que pasé el tiempo, desde la hora oncena de la noche hasta la tercera de la mañana, en parte leyendo la Agricultura de Catón, y en parte también escribiendo; por fortuna, menos que ayer. Luego saludé a mi padre, tragué agua con miel hasta el gaznate y la devolví al punto, de modo que me suavicé la garganta, sin gargarizar verdaderamente; puesto que la autoridad de Novius y otros me permite utilizar esa palabra, “gargarizar” . Pero una vez aliviada la garganta, acudí junto a mi padre. Asistí a su sacrificio y luego fuimos a comer. ¿Qué crees que comí? Un poco de pan, mientras veía a los demás devorar ostras, cebollas y sardinas muy grasosas. Tras lo cual fuimos a cosechar uvas; sudamos y gritamos m u c h o . A la hora sexta volvimos a la casa. Estudié un poco, y sin frutos. A continuación charlé mucho con mi madre, que estaba sen tada en el lecho [...].^^ Mientras charlábamos así y discutíamos a quién de los Marco Aurelio, Pensées, I, 16, ob. cit., pp. 5-7. C f. M. Foucauk, Le Souci de soi, ob. cit., p. 111. “De Frontón; haber observado a qué grado de envidia, duplicidad, simulación llegan los tira nos; y que, casi siempre, esos personajes que cnire nosotros llamamos los patricios son, en cier to sentido, incapaces de afecto” (Marco Aurelio, Pensées, 1, 11, ob. cit., p. 3). Foucault sigue aquí literalmente una vieja traducción de A. Cassan {Lettres inédites de Marc Au- rèle et de Fronton, Paris, A. Levavasseur, 1830, tomo I, libro IV . carta V I , pp. 249 *251). Foucault omite aquí el final de la frase: “y, como dice un autor, dejamos colgando de los empa rrados algunas supervivientes de la vendimia” (ibíd., p. 251). Foucault no lee el comienzo dcl diálogo que entablan Marco Aurelio y su madre: “ Esto es lo que yo decía: ¿qué crees que hace mi Frontón a esta hora? Y ella; ¿qué crees que hace mi G ra cia? — ¿Quién?, repliqué. ¿Nuestra bonica curruca, la pequeña Gracia?”
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