La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
la cuestión tradicional: “¿Cuál es el verdadero amor?” ,^^ cuestión que, como sa ben, solía poner en juego los cuatro elementos habituales: ¿Es el amor por los varones o por las mujeres? ¿Es el amor que implica una consumación sexual o no? Este problema, el del verdadero amor, no está presente. Se trata de una es pecie de cuestión individual bastante extraña, en la que se comparan la intensi dad , el valor, la forma de ese amor -sobre cuya naturaleza, repitámoslo, es com pletamente qu im érico querer d iscu t ir- de dos hombres (Frontón y Marco Aurelio) y el amor de dos mujeres (la madre de Marco Aurelio y Gracia). El cuerpo; el entorno y la casa; el amor. Dietética, económica, erótica. Ésos son los tres grandes ámbitos en que se actualiza la práctica de sí en esa época, con una remisión constante, como se ve, de uno a otro. La inquietud por el régimen y la dietética hace que se practique la vida agrícola, se coseche, etcétera, es decir que se pasa al ámbito económico. Y dentro de las relaciones familiares, vale decir, dentro de esas relaciones que definen lo económico, va a encontrarse la cuestión del amor. El primer punto es la existencia de esos tres ámbitos: el lazo, la remi sión muy fijerte, muy manifiesta de uno al otro, ia dietética a la económica, la económica a la erótica. Por otro lado, lo que hay que recordar es que ya habíamos dado con esos tres elementos, ¿se acuerdan?, en un pasaje del Alcibíades. Como recordarán, en un momento dado, Sócrates acababa de lograr definir qué era ese sí mismo por el que había que preocuparse. Y había mostrado que ese sí mismo por el que había que preocuparse era el alma. Ahora bien, a partir de esa defini ción, había dicho: si hay que ocuparse del alma, podrán ver que esa inquietud de sí no es ia inquietud del cuerpo, tampoco es la inquietud de los bienes ni la in quietud amorosa, por lo menos como la conciben los enamorados, los preten dientes de Alcibíades. Vale decir que la inquietud de sí había sido, en ese texto de Platón, en la intervención de Sócrates, perfectamente distinguida de la inquietud del cuerpo, esto es, de la dietética, de la inquietud de los bienes, esto es, de la eco nómica, y de la inquietud del amor, esto es, de la erótica. Pues bien, podrán ad vertir que ahora, al contrario, esos tres dominios (dietética, económica, erótica) se reintegran, pero como superficie de reflexión: la oportunidad, en cierto modo, de que el yo se experimente, se ejercite, desarrolle la práctica de sí mismo que es su regla de existencia y su objetivo. La dietética, la económica y la erótica aparecen como los dominios de aplicación de la práctica de sí. Me parece que eso es lo que puede extraerse del contenido m ismo de la car ta, pero naturalmente su comentario no puede interrumpirse ahí y no volver a
Alusión al Banquete de Platón como texto fundador; cf. el capítulo “Le véritable amour” . en M . Foucault, L'Usage des plaisirs, ob. cit., pp. 251*269.
Made with FlippingBook flipbook maker