La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
El año pasado había intentado iniciar una reflexión histórica sobre el tema de las relaciones entre subjetividad y verdad.^ Y para e! estudio de este problema había escogido como ejemplo privilegiado, como superficie de reñ’acción, por decirlo de algún modo, la cuestión del régimen de los comportamientos y los placeres sexuales en la Antigüedad, ese régimen de aphrodisia, como deben re cordar, tal como apareció y se definió en los dos primeros siglos de nuestra era.^ Régimen que a mi parecer entraña, entre todas las dimensiones de su interés, la siguiente: la armazón fundamental de la moral sexual europea moderna se en contraba sin duda en ese régimen de los aphrodisia y no, en absoluto, en la lla mada moral cristiana o, peor, judeocristiana.^ Este año querría apartarme un poco de esos ejemplos precisos y del material específico concerniente a los aphrodisia y el régimen de los comportamientos sexuales, y sacar de este ejemplo en particular los términos más generales del problema “sujeto y verdad” . Más exactamente: no querría eliminar ni anular en ningún caso la dimensión histórica en la cual traté de situar el problema de las relaciones subjetividad/verdad, pero sí, no obstante, ponerla de manifiesto en una forma mucho más general. La cuestión que me gus taría abordar este año es ésta: en qué forma de historia se entablaron en Occiden te las relaciones entre esos dos elementos, que no competen a la práctica, el análi sis habitual del historiador, el “sujeto” y la “verdad” . Entonces, querría tomar como punto de partida una noción sobre la que ya creo haberles dicho algunas palabras el año pasado.^ Me refiero a la noción de ^ C f. el resumen del curso de 1980-1981 en el College de France, en M. Foucault, Dits et Écrits, I9 5 8 - I9 8 8 , edición a cargo de D. Defert y F. Ewald, con la colaboración de J . Lagrange, París, Gallimard, 1994, cuatro volúmenes [en lo sucesivo se hará referencia a esta edición]; cf. IV, núm. 303 , pp. 213-218. ^ La primera elaboración de este tema se encontrará en la clase del 28 de enero de 1981, pero so bre todo en M. Foucault, L'Usage des plaisirs (París, Gallimard, 1984, pp. 47-62) [traducción castellana: Historia de la sexualidad. 2. E l uso de ios placeres, México, Siglo XXI, 1986]. Podemos decir que por aphrodisia Foucault entiende una experiencia, que además es histórica: la experien cia griega de tos placeres, que hay que distinguir de la experiencia cristiana de la carne y la mo derna de la sexualidad. Los aphrodisia se designan como la “sustancia ética” de la moral antigua. ^ En el primer curso de 1981 (“Sub jea iv ité et vérité” , clase del 7 de enero), Foucault anuncia que la apuesta misma de las investigaciones realizadas consistirá en comprender si nuestro códi go moral, en su rigor y pudor, no habrá sido elaborado precisamente por el paganismo (lo cual, por lo demás, haría problemática la cesura del cristianismo y el paganismo en el marco de una historia de la moral). ^ El curso de 1981 no induye desarrollos explícitos sobre la inquietud de sí. En cambio, se encnien- tran en él largos análisis sobre las artes de la existencia y los procesos de subjetivación (dases del 13 de enero, del 25 de mareo y del 1“ de abril). Sin embargo, por un lado, el curso de 1981 sigue
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