La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
se haya considerado que la alquimia, por ejemplo, y rodo un grupo enorme de saberes sólo podían alcanzarse al precio de una modificación en el ser del suje to prueba claramente que no había oposición constitutiva, estructural, entre ciencia y espiritualidad. La oposición se daba entre pensamiento teológico y exigencia de espiritualidad. Por lo tanto, la separación no se produ jo brusca mente con la aparición de la ciencia moderna. La separación, el apartamiento, fue un proceso lento, cuyo origen y desarrollo hay que ver, más bien, por el la do de la teología. No hay que imaginar tampoco que el corte se produjo, de una manera com pletamente arbitraria y definitiva, en el momento que llamé “momento cartesia no” . Al contrario, es muy interesante ver cómo se planteó en el siglo XV ll la cuestión de la relación entre las condiciones de espiritualidad y el problema del cam ino y el método para llegar a la verdad. H ubo numerosas superficies de contactos, numerosos puntos de roce, numerosas formas de interrogación. To memos, por ejemplo, una muy interesante noción característica de fines del si glo XVI y comienzos del XV li : la noción de “reforma del entendimiento” . "lome m os, más prec isam en te , los nueve p rim eros parágra fo s de la Reforma del entendimiento de Spinoza.^ Y en ellos verán de una manera muy clara -p o r ra zones que conocen bien, no hace falta que insista en ellas- que en Spinoza el problema del acceso a la verdad estaba ligado, en su misma formulación, a una serie de exigencias que concernían al propio ser de! sujeto; ¿en qué y cómo de bo transformar mi ser mismo de sujeto? ¿Qué condiciones debo imponerle para tener acceso a la verdad, y en qué medida ese acceso me dará lo que busco, esto es, el bien soberano, el soberano bien? Se trata de una cuestión realmente espi ritual, y creo que el tema de la reforma del entendimiento en el siglo XVII es muv característico de los lazos aún muy estrictos, muy estrechos, muy ceñidos entre, d igam o s , una filoso fía de! conocim ien to y una e sp iritua lidad de la transformación del ser del sujeto por sí mismo. Si ahora tomamos la cuestión, no por el lado de las fuentes sino más cerca de la desembocadura, si pasamos al otro lado, a partir de Kant, creo que también en este caso veríamos que las estructuras de la espiritualidad no desaparecieron, ni de la reflexión filosófica ni tan solo, tal vez, del saber. H ab r ía ... pero ahora no quiero siquiera esbozar este punto, solamente quiero indicar cierta cantidad de cosas. Retomen toda la
■ B. Spinoza, Tractatus tie intellcctus cmendaiione, en Benedicti de Spinoza Opera ijuotcjuot repertii swit, compiUdas p o r j . Van Vloten y j . I’ . N. Land, La Haya, 1882-1884 {Traité de L¡ réforme de l'entendement, en Œuvres de Spinozti, traducción de C . Appuhn, París, Garnier frères. 1904) [craducción castellana: Iriitado de la reforma del entendimiento, Madrid, Alianza, 1988).
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