La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
Se habrá reconocido aquí el poder pastoral en su dimensión individualizan te.^^ Las nuevas luchas, por lo tanto, no pueden proponerse la liberación del individuo frente a un Estado opresivo, porque la matriz de individualización es precisamente el Estado : “El problema a la vez político, ético, social y filo sófico que se nos plantea hoy no es tratar de liberar al individuo del E stado y sus instituciones, sino liberarnos del Estado y del tipo de individualización que se asocia a él. Debem os promover nuevas formas de sub jetividad” .^"^ Apenas en la década de 1980 Foucault determ ina en su nitidez conceptual lo que hay que oponer al Estado , en sus miras gestionarlas y normallzadoras, individua lizantes e identificadoras. Se trata, justamente, de esas prácticas de sí, tom a das en la dimensión relacional que él había descripto tan bien en referencia al estoicismo romano. Puesto que en el fondo , el individuo y la comun idad , sus intereses y sus derechos, se oponen a la vez que se completan: com p licidad de los opuestos. Foucau lt opone en bloque a las exigencias comunitarias y los derechos individuales lo que llama “m odos de vida” , “elecciones de existen cia” , “estilos de vida” , “formas culturales” . El caso de las luchas por el recono cim iento de la homosexualidad es ejemplar aquí, y no hay que olvidar que esos años están marcados por la atracción cada vez más fuerte que Foucault siente por Estados Unidos, sus estadías en Berkeley y su descubrimiento allí de formas relaciónales inéditas. Los textos sobre el “triunfo social”^' o “ la am is tad como m odo de vida” ,^^ dedicados a la cuestión gay, contienen además los enun^’-iados decisivos de la nueva política de Foucault. En esos textos, éste afirma no detenerse en la mera reivindicación de una igua ldad ju ríd ica para los homosexuales. Menos aún se trata de definir la verdad de una naturaleza homosexual. Normalizar la homosexualidad, combatir por el reconocim iento de una identidad verdadera del su jeto homosexual, atenerse a la reivindica ción de los derechos igualitarios: todo eso le parece una manera de tragarse el gran anzuelo de la institución. Para él, la verdadera resistencia se sostiene en otra parte: en la invención de una nueva ascesis, una nueva ética, un nuevo C f., para una definición; “ esta forma de poder se orienta hacia la salvación (en oposición al po der político). Es oblativa (en oposición al poder de soberanía) e individualizante (en oposición al poder jurídico). Es coextensa con la vida y la prolonga; está ligada a una producción de la verdad, la verdad del individuo m ismo” (ibíd., p. 229). A partir del siglo XVIII, ese poder “se extendió repentinamente al conjunto del cuerpo social; encontró apoyo en una multitud de instituciones” (ibíd., p. 232). ídem. DE, IV, núm. 313: “Le triomphe social du plaisir sexuel” (mayo d e 1982), pp. 308-314. DE, iV, núm. 293 : “D e l ’amitié comme mode de vie” (abril de 1981), pp. 163-167.
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