La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
ponde: no te preocupes; si descubrieras a los cincuenta años que te encuentras así en una ignorancia vergonzosa y ni siquiera sabes lo que dices, te resultaría muy arduo remediarlo, pues sería muy difícil que te cuidaras a ti mismo (que te tomaras a ti m ismo como objeto de desvelos: epimelethenai sautou). Pero “estás justamente en la edad en que es preciso darse cuenta de ello” .^-^ Y bien, querría detenerme un poco aquí, en esta primera aparición en el discurso filosófico -con la reserva, una vez más, de la datación del Alcibíades—de la fórmula “ocu parse de sí m ismo” , “tomarse a sí mismo como objeto de desvelos” . En primer lugar, como ven, la necesidad de preocuparse por sí mismo está ligada al ejercicio del poder. Ya la habíamos encontrado en la formula laconia, en la fórmula espartana de Alexandrides. Con la salvedad, sin embargo, de que en la fórmula tradicional, al parecer: “confiamos nuestras tierras a los ilotas para poder ocuparnos de nosotros mismos” , el “ocuparse de sí m ismo” era la conse cuencia de una situación estatutaria de poder. Aquí, en cambio, podrán ver que la cuestión de la inquietud de sí mismo, el tema de la inquietud de sí mismo, no aparece como uno de los aspectos de un privilegio estatutario. Al contrario, aparece como una condición, condición para pasar del privilegio estatutario del que gozaba Alcibíades (gran familia rica, tradicional, etcétera) a una acción po lítica definida, al gobierno concreto de esta ciudad. Pero como se darán cuenta, “ocuparse de sí mismo” está implicado y se deduce de la voluntad del individuo de ejercer el poder político sobre los otros. No se puede gobernar a los otros, no se les puede gobernar bien, no es posible transformar los propios privilegios en acción política sobre los otros, en acción racional, si uno no se ha preocupado por sí mismo. Inquietud de sí: entre privilegio y acción política, he aquí entonces el punto de emergencia de la noción. En segundo lugar, podrán ver que esta noción de la inquietud de sí, esta ne cesidad de preocuparse por uno mismo, está ligada a la insuficiencia de la edu cación de Alcibíades. Pero a través de ella, lo completamente insuficiente es, desde luego, la misma educación ateniense, en dos aspectos: el aspecto, si lo prefieren, propiamente pedagógico (el maestro de Alcibíades no valía nada en absoluto, era un esclavo y, para colmo, un esclavo ignorante, mientras que la educación es una cosa demasiado seria para que sea adecuado poner a un joven aristócrata, destinado a una carrera política, en manos de un esclavo familiar y allegado); crítica, asimismo, del otro aspecto, crítica menos inmediatamente clara pero que se arrastra a lo largo de todo el comienzo del diálogo: la crítica del amor, del eros por los muchachos, que no tuvo para Alcibíades la función que
Ib íd - 127e. p. 99.
Made with FlippingBook flipbook maker