La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
debería haber tenido, porque él fue perseguido, perseguido por hombres que, en realidad, no querían otra cosa que su cuerpo, hombres que no querían ocu parse de él -e l tema va a reaparecer un poco más adelante-, que no querían, por lo tanto, incitarlo a ocuparse de sí mismo. Por lo demás, la mejor prueba de que no se interesaban en el propio Alcibíades, que no se ocupaban de él para que él se ocupara de sí mismo, es ésta: ni bien perdió su juventud deseable, lo abandonaron, para dejarlo hacer lo que quisiera. La necesidad de la inquietud de sí, por tanto, se inscribe no sólo dentro del proyecto político sino dentro del déficit pedagógico. En tercer lugar (carácter también importante, inmediatamente vinculado a éste), como ven, se dice que si Alcibíades tuviera cincuenta años, sería demasia do tarde para reparar las cosas. No es ésa la edad de ocuparse de sí mismo. Hay que aprender a hacerlo cuando uno está en la edad crítica en que sale de las manos de los pedagogos y va a entrar en el periodo de la actividad política. Hasta cierto punto, este texto está en contradicción o, en fin, plantea un pro blema con respecto a otro que les leía hace un rato, el de la Apología de Sócrates, en el que éste, al defenderse ante sus jueces, dice: pero el oficio al que me dedi qué en Atenas era un oficio importante. Me lo confiaron los dioses, y consistía en apostarme en la calle e interpelar a todo el mundo, jóvenes y viejos, ciuda danos y no ciudadanos, para decirles que se ocuparan de sí m i s m o s . E n este caso, la epimeleia heautou aparece como una función general de toda la existen cia, mientras que en el Alcibíades se presenta como un momento necesario en la formación del joven. Ésta será una cuestión muy importante, uno de los gran des debates, uno de los puntos de balanceo de la inquietud de sí cuando, con las filosofías epicúrea y estoica, la veamos convertida en una obligación perma nente de todos los individuos a lo largo de coda la vida. Pero en esta forma pre coz, por decirlo así, socrácico platónica, la inquietud de sí es más bien una acti vidad, una necesidad de los jóvenes, en una relación entre ellos y su maestro, o ellos y su amante, o ellos y su maestro y amante. Ése es el tercer aspecto, la ter cera característica de la inquietud de sí. Cuarto y último, se darán cuenta de que la necesidad de ocuparse de sí se destaca como una urgencia en el texto no en el momento en que Alcibíades formula sus proyectos políticos sino cuando advierte que igno ra ... ¿que ignora qué? Pues bien, que ignora el objeto mismo, la naturaleza del objeto del que tiene que ocuparse. Sabe que quiere ocuparse de la ciudad. T iene motivos para hacerlo a causa de su estatus. Pero no sabe cómo ocuparse de ella, no sabe en
Platón, Apologie de Socrate, 30a, en ob. cit., p. 157.
Made with FlippingBook flipbook maker