La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)

cincuenta años; de modo que tienes tiempo para aprender, aprender a gobernar la ciudad, aprender a imponerte sobre tus adversarios, aprender a convencer al pueblo, aprender la retórica necesaria para ejercer ese poder, etcétera. Pero no es eso. justamente, lo que dice Sócrates. Sócrates dice: tú ignoras, pero eres joven; por lo tanto, tienes tiempo, no de aprender sino de ocuparte de ti. Y es ahí, en ese desfasaje, creo, entre el “aprender” , que sería la consecuencia esperada, la conse­ cuencia habitual de un razonamiento semejante, y el imperativo “ocuparse de sí” , entre la pedagogía entendida como aprendizaje y esa otra forma de cultura, de paide ia (más adelante volveremos in extenso a este asunto) que gira en torno de lo que podríamos llamar la cultura de sí, la formación de sí, la Selbstbildung, como dirían los alemanes,^ en ese desfasaje, en ese juego, en esa proximidad, donde van a precipitarse cierta cantidad de problemas que se refieren, me pare­ ce, a todo el juego entre la filosofía y la espiritualidad en el mundo antiguo. Una sola observación previa. Les decía que esta fórmula, “ocuparse de sí” , sur­ ge y aparece en los textos platónicos con el Alcibíades, pero deberá replantearse una vez más la cuestión de la fecha del diálogo. Como verán dentro de un mo­ mento, cuando vuelva a él más extensamente, en este diálogo hay una interroga­ ción muy explícita sobre lo que significa preocuparse por sí mismo, interrogación muy sistemática con dos aspectos: ¿qué es “sí m ismo” y qué es “ocuparse” ? Te­ nemos, en verdad, la primera teoría, e incluso podemos decir, [entre] todos los textos de Platón, la única teoría global de la inquietud de sí. Podemos conside­ rarla como la primera gran emergencia teórica de la epimeleia heautou. N o hay que olvidar, no obstante, y habrá que tenerlo presente hasta el final, que esta exi­ gencia de ocuparse de sí, esta práctica —o, mejor, el conjunto de las prácticas en las cuales va a manifestarse esa inquietud de s í- , este conjunto, tiene de hecho sus raíces en muy viejas prácticas, maneras de obrar, tipos y modalidades de ex­ periencia que constituyeron su basamento histórico, y esto mucho antes de Pla­ tón, mucho antes de Sócrates. Que la verdad no pueda alcanzarse sin cierta práctica o cierto conjunto de prácticas exhaustivamente especificadas que trans- trabajo. Piaron lo presenta en un diálogo célebre que lleva su nombre y en el cual el sofista rei­ vindica su aptitud para hacer de la virtud un objeto de enseñanza, por cuya transmisión exige un pago. No obstante, la descripción de Foucault que sigue -concerniente al aprendizaje de las técnicas retóricas de persuasión y dom inación - hace pensar más bien en la réplica de Gorgias en el diálogo platónico del mismo nombre (452e). La Bildung es la educación, el aprendizaje, la formación {Selbstbildung. autoformación). Esta noción se difundió especialmente a través de la categoría de Bildungsroman (la novela de apren­ dizaje, cuyo modelo sigue siendo Los años de aprendizaje de Wilheím Meister, de Goethe),

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