La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
aplica todo eso a sí mismo porque está enfermo, ¿no podemos decir que se ocu pa de sí? Pues bien, ia respuesta va a ser, desde iuego: no. Puesto que cuando se examina, cuando emite un diagnóstico a su propio respecto, cuando se pone a régimen, ¿de qué se ocupa, en realidad? No de sí mismo, en ei sentido que aca bamos de explicar: de sí mismo en cuanto aima, alma sujeto. Se ocupa de su cuerpo, vale decir, justamente de aquello de io cual se sirve. Se ocupa de su cuer po, no de sí mismo. Por lo tanto, debe iiaber una diferencia de fin, de objeto, pero también de naturaleza [entre] ia tekhne del médico que apiica su saber a sí m ismo y ia tekhne que va a permitir ai individuo ocuparse de sí m ismo, esto es, ocuparse de su aima en tanto sujeto: primera distinción. Segunda distinción: ia economía. Cuando un buen padre de familia, un buen dueño de casa, un buen propietario, se ocupa de sus bienes y riquezas, se preocupa por la prosperidad de sus posesiones, se ocupa de su familia, etcétera, ¿podemos decir que se ocu pa de sí mismo? No iiace faita insistir en que se trata dei m ismo razonamiento: se ocupa de sus bienes, de lo que es suyo, pero no de sí [mismo]. Tercero y últi mo, ¿podemos decir que ios pretendientes de Alcibíades se ocupan de él mis mo? D e iiecho, su comportamiento, su conducta io prueba: no se ocupan de Alcibíades sino simplemente de su cuerpo y de ia belleza de su cuerpo, porque lo abandonan ni bien se carga de años y deja de ser absolutamente deseable. Por lo tanto, en sentido estricto, ocuparse del mismo Alcibíades no querrá decir ocuparse de su cuerpo sino de su alma, de su alma en cuanto es sujeto de acción y se vaie más o menos bien de su cuerpo, sus aptitudes, sus capacidades, etcé tera. Podrán advertir con claridad, entonces, que el hecho de que Sócrates haya esperado que Alcibíades fuera mayor, que haya esperado que pasara su más bri- iiante juventud para dirigirle ia palabra, pues bien, muestra que, a diferencia de sus otros enamorados y pretendientes, él se preocupa por ei propio Alcibíades, por su alma, por su alma sujeto de acción. Más precisamente: Sócrates se preo cupa por ia manera en que Alcibíades va a preocuparse por sí mismo. Y creo que eso es (me parece que la cosa merece recordarse) io que define la posición dei maestro en ia epimeleia heautou (la inquietud de sí). Pues la in quietud de sí, en efecto, es algo que, como veremos, siempre está obligado a pa sar por ia relación con algún otro que es ei maestro.^^ Uno no puede preocu parse por sí m ismo sin pasar por el maestro, no hay inqu ietud de sí sin la presencia de un maestro. Pero io que define ia posición de éste es que se preo cupa por la inquietud que aquel a quien guía puede sentir con respecto a sí mismo. A diferencia dei médico o del padre de familia, ei ob jeto de sus desvelos
C f. la clase del 27 de enero, primera hora.
Made with FlippingBook flipbook maker