La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
la sabiduría {dikaiosyne) , v e r á al m ismo tiempo el elemento divino; el ele mento divino, que es aquello en lo cual se conoce y se reconoce, pues lo divi no refleja lo que soy en el elemento de lo idéntico. En consecuencia, ocuparse de sí m ismo u ocuparse de la justicia equivalen a lo m ismo, y todo el juego del diálogo consiste, a partir de la pregunta: “ ¿cómo voy a poder convertirme en un buen gobernante?” , en llevar a Alcibíades ai precepto “ocúpate de ti mis mo” y, mediante el desarrollo de lo que es y debe ser ese precepto, el sentido que hay que atribuirle, se descubre que “ocuparse de sí m ismo” es ocuparse de la justicia. Y a ello se compromete Alcibíades al final del diálogo. Así se desa rrolla este texto. A partir de ahí, creo que podemos hacer ahora algunas reflexiones un poco más generales. Comencemos por hablar un poco de! diálogo y el problema que plantea, porque, en varias ocasiones, mencioné ya fiiera la autenticidad de un pasaje, ya la cuestión misma dei diálogo, que en cierto momento algunos consi deraron como no auténtico. De hecho, creo que ahora ya no hay un solo erudito que plantee realmente, seriamente, la cuestión de su autenticidad.*^ N o por ello deja de ser cierto que se plantea una serie de problemas en cuanto a su fecha. Al respecto, hay un muy buen artículo escrito por Raymond Weil en L'Information littéraire, que hace un balance, una actualización, creo que bastante rigurosa, de las cuestiones de este texto y su datación.*^ Puesto que, no hay duda, muchos elementos del texto parecen indicar una redacción precoz: los elementos socrá ticos de los primeros diálogos son muy manifiestos por el tipo de problemas planteados. Yo los mencionaba hace un rato: la cuestión del joven aristócrata que quiere gobernar, la insuficiencia de la pedagogía, el papel que debe tener el amor por los varones jóvenes, etcétera, el proceder m ismo del diálogo con sus E l debate sobre la autenticidad del Alcibíades fue iniciado a comienzos del siglo XIX por el es tudioso alemán Schleiermacher, que consideraba ese diálogo como una obra escolar redacta da por un miembro de la Academia, Desde entonces, las polémicas no cesaron. Es indudable que los grandes comentaristas franceses que podía conocer Foucault (M . Croiset, L, Robin, V. Goldschm idt, R. Weil) admitían su autenticidad, pero en esa época muchos eruditos an glosajones seguían poniéndolo en duda. En nuestros días, eminentes especialistas franceses (como L. Brisson, J . Brunschwig y M. Dixsaut) vuelven a interrogarse sobre esa autentici dad . mientras que otros (J.-F. Pradcau) la defienden resueltamente. Para un estado completo de la situación y un cuadro exhaustivo de las posiciones, c f la introducción de J .-F . Pradeau y el anexo 1 a su edición de Alcibiade, París. Garnier-Flammarion, 1999. pp, 24-29 y 219-220 . R, Weil, “ La piace du Premier Alcibiade ¿zn s l ’œuvre de Platon” , L'Information littéraire, 16, 1964. pp, 74-84. ' ' Sin duda, Foucault quiere decir en uno y otro caso sophrosyné (y no dikaiosyne), a menos que se refiera a la “justicia” y no a la “sabiduría” .
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