La hermenéutica del sujeto curso en el Collège de France (1981-1982)
ciudad. Por sí mismo. O bien: la forma reflexiva estructura no sólo la relación con el objeto -preocuparse por sí m ismo como ob je to - sino también la rela ción con el objetivo y el fin. Por decirlo así, una especie de autofinalización de la relación consigo mismo: ése es el segundo gran rasgo que intentaré dilucidar en las clases siguientes. Por último, el tercer rasgo es que la inquietud de sí ya no se determina manifiestamente en la sola forma del autoconocimiento. No se trata, por cierto, de que este imperativo o forma del autoconocimiento desapa* rezca. D igamos simplemente que se atenúa o se Íntegra dentro de un conjunto, mucho más vasco; un conjunto del que hay testimonios y con respecto al cual se puede hacer un primer señalamiento, muy aproximado, e indicar algunos elementos de vocabulario y algunos tipos de expresiones. Ante todo, hay que recordar con claridad que esta expresión canónica, fun damental, que, reiterémoslo, se encuentra desde el Alcibíades de Platón hasta Gregorio de N isa, epimeleisthai heautou (ocuparse de sí m ismo, preocuparse por sí m ismo, tener inquietud de sí), tiene, empero, un sentido en el cual hay que insistir: epimeleisthai no designa simplemente una actitud del ánimo, una forma determinada de atención, una manera de no olvidar tal o cual cosa. La etimolo gía remite a toda una serie de palabras como meletan, melete, meletai, etcétera. Meletan, a menudo empleada y acoplada con el verbo gymnaze in? significa ejercitarse y entrenarse. Los meletai son los ejercicios: ejercicios de gimnasia, ejercicios militares, entrenamiento militar. Epimeleisthai se relaciona, mucho más que con una actitud de! ánimo, con una forma de actividad, de actividad vigilante, continua, aplicada, regulada, etcétera. Tomen por ejemplo, en el vo cabulario clásico, el Económico de Jenofonte. Para hablar de todas las activida des del propietario de tierras, esa especie de gentleman farm er cuya vida describe en el Económico, Jenofonte habla de sus epimeleiai, sus actividades, que califica de muy favorables, tanto para él, el propietario, porque nutren su cuerpo, como para su familia, puesto que la enriquecen.'^ Toda esta serie de palabras, meletan, melete, epimeleisthai, epimeleia, etcétera, designa, por lo tanto, un con junto de prácticas. Y en el vocabulario cristiano del siglo IV verán que epimeleia tiene, ^ C f. la dase dcl 3 de marzo, segunda hora, para una distinción conceptual más fuerte de meletan como ejercicio mental y de gymnazein como ejercicio en la realidad. ^ “ Los personajes más opulentos no pueden prescindir de la agricultura: como ves, esta ocupa ción [epimeleia] es a la vez un motivo de agrado, un medio de acrecentar su casa y un instru mento para entrenar su cuerpo en todo lo que conviene que un hombre libre sea capaz de ha cer" (Jenofonte, Économique, traducción de P. Chantraine, París, Les Belles I-ettrcs, 1949. V-1, p. 51 [traducción castellana: Económico, en Recuerdos de Sócrates-Económico-Banquete-Apolo^a de Sócrates, Madrid, Credos, 1993]).
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