TTE148

Control estructural en la generación de caída de rocas…

sugiere por el ambiente de baja temperatura durante su formación (Schleicher et al . 2012;

Pérez-Flores et al ., 2016). Ante posibles eventos de lluvias extremas en el área de estudio,

estos minerales arcillosos pueden alterar su estructura debido a la baja permeabilidad de la

matriz arcillosa, en donde las variaciones adicionales en la presión de hinchamiento en los

ciclos de hidratación-deshidratación de las arcillas promoverán el desarrollo de REM

(Henderson et al ., 2010). Por lo anterior, es probable que los minerales arcillosos analizados

en este trabajo sean más sensibles al agua frente a eventos de lluvias intensas de larga

duración ya que tiene una baja tasa de infiltración, mejorando el desarrollo de la presión de

poros positiva entre los planos de deslizamiento de la falla (Cai y Ugai 2004; Jaboyedoff et

al ., 2004; Dahal et al . 2009). Los filosilicatos hidratados arcillosos de la salbanda de los

planos de falla analizados serían los que explicarían la debilidad mecánica del macizo rocoso,

cuya alteración de la estructura de estos fragmentos de la salbanda promoverían la

inestabilidad de la pared de roca, desencadenando potenciales caídas o avalanchas de roca

según el caso.

Como se mencionó, los minerales arcillosos trabajados pueden modificar su

estructura en base a eventos de lluvia extremas por las propiedades expansivas frente a estas,

por lo que habría que considerar en el análisis el clima del área de estudio. En cuanto a la

climatología del sector de Curarrehue, esta es de características altamente lluviosas, sobre

todo en los meses de invierno. Las estaciones climatológicas en el área corresponden a las

estaciones climatológicas Curarrehue (ECC) y Puesco (ECP) (Anexo 6 y Anexo 7) a cargo

de la Dirección General de Aguas (DGA), entregando los valores de promedios de lluvia

mensual desde 1990 a 2020 (Anexo 8) para cada una. Las estaciones señalan que los meses

más secos corresponden a la temporada de verano (diciembre, enero y febrero) con

promedios de precipitaciones de 82,9 mm para la ECC y 102,43 mm para la temporada. Por

otro lado, los meses más lluviosos corresponden a la temporada de invierno (junio, julio,

agosto) con promedios de precipitaciones de 392,8 mm para la ECC y 470,44 mm para la

ECP para la temporada, por lo que es más probable que en este periodo de tiempo se puedan

generar con mayor facilidad diversos eventos de REM. Sin embargo, la falta de un registro

previo de remociones en el sector, con excepción de la de Moreno (2005), por lo que no es

posible de momento relacionar un evento de lluvia puntual a eventos de REM para el presente

estudio, quedando como trabajo para posibles futuros estudios.

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