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De acuerdo a esta visión, la colonización de los territorios del sur era
responsabilidad fundamental del Estado, el que debía intervenir en el área a través
del Ejército para ocuparlo y luego proceder a su colonización y desarrollo en forma regulada 61 .
A partir de 1868, Cornelio Saavedra inicia el establecimiento de la línea del
Toltén, como culminación de la fase costera de la campaña, penetra por el río
hacia el interior, en un intento por rodear el territorio mapuche, quedando solo la
salida hacia la cordillera. Desde ese punto de la depresión intermedia se avanzó
hacia la cordillera por la vía fluvial, con el levantamiento de los fuertes Toltén y
Collico.
Pacificadas las tribus, el coronel Saavedra estimaba que:
“La ocupación de la línea demarcada del Toltén hasta Villarrica es el medio
seguro y único de concluir para siempre con la guerra de Arauco, pues solo así
tendremos facilidades para vigilar y aun destruir los bosques de cordillera que serían el único refugio de los salvajes desobedientes” 62.
Más allá, para consolidar la ocupación de la Araucanía, se levantó una línea de
fuertes de norte a sur y de oriente a poniente, los que posteriormente se van
convirtiendo en poblados que reciben a los comerciantes y colonos configurando
un espacio fronterizo que define las ciudades a futuro en la Araucanía. Se
incentivó el interés particular en la ocupación, se remataron tierras fiscales al sur
del río Malleco, luego de ser medidas e hijueladas más de 100.000 hectáreas y
abiertos los caminos por los cuerpos militares.
61 Bengoa, José. Op. Cit. 1985. Pág. 156.
62 Memoria del Ministerio de Guerra y Marina. 1870. Citado en “Historia del Ejército de Chile”. Tomo IV. Consolidación del profesionalismo militar. Fin de la Guerra de Arauco. 1840 – 1883. Pág. 266.
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