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habitualmente distintas versiones de una misma identidad que por lo general se

articulan en relaciones de oposición o complementariedad, o simplemente, hasta

se ignoran (Prats, 2004). Se considera también, que toda versión de una identidad

es ideológica y que, por lo tanto, responde a unas ideas, motivaciones y valores

previos, subsidiarios de unos determinados intereses (Prats, 2004).

Enfocando el patrimonio como una representación simbólica de la identidad, Ll.

Prats (2004), nos advierte sobre la utilización instrumental y estratégica de estos

símbolos por parte de diferentes grupos sociales, de cara a la conquista de sus

intereses. Por ejemplo, según los intereses de los diversos agentes sociales, la

casa debía ser considerada patrimonio para que no se destruyera, para que sea un

museo de la memoria, para que sea un centro cultural, para fomentar el

patrimonio local, para fomentar el turismo, para no olvidar la memoria de la casa

o para evocar la poesía de Jorge Teillier, para hacer propaganda política, etc.

De manera que se entienden los bienes patrimoniales, como una selección de una

representación simbólica de la identidad de un grupo, en donde “la identidad es

un tablero de juego que admite posiciones y estrategias diversas” (Prats, 2004,

p.37), es decir, se consideran las activaciones patrimoniales como estrategias

políticas, cuya correlación entre intereses, valores y situaciones históricas

cambiantes, permite, sean entendidas (Prats, 2004). Pues, “la decisión de

promover una activación patrimonial (…), es siempre una decisión política (…),

aunque el porqué y el para qué pueden variar dentro de un espectro

relativamente amplio de motivaciones” (Prats, 2004, p.32).

Un claro ejemplo lo podemos observar en el caso de la casa Teillier Sandoval, en

donde si bien desde varios años atrás (prácticamente desde cuando la casa dejo

de ser habitada por la familia), diversos grupos sociales han venido reconociendo

un valor patrimonial en la casa, como también, desde hace un tiempo (seis años),

se han organizado y han desarrollado gestiones para su patrimonialización

formal, no obstante este proceso solo se torna viable cuando interviene el poder

político, en este caso, por medio de la misma exministra Consuelo Valdés, del

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