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Aunque si bien, se debiera saber que los grupos sociales portan y despliegan

saberes, estos tienen serias dificultades a la hora de ser reconocidos como

interlocutores válidos por las autoridades, los funcionarios públicos y los

académicos (en su mayoría) (Biskupovic & Canteros, 2019). Por lo que si bien,

por ejemplo, en este caso las personas tuvieron instancias donde pudieron

expresar sus interés y opiniones, el valor de estas, fue poco considerado por los

agentes, intereses y fines de las instituciones involucradas, y las instancias

públicas formales fueron más bien de exposición de resultados.

Como se ha visto en relación al Estado, al parecer el juego patrimonial y su uso

como dispositivo estratégico era algo reservado solo para las elites, pero también

vemos que la sociedad interpreta, interpela y demanda a las instituciones, o sino

y si estas no responden, la sociedad o, mejor dicho, grupos de la sociedad se abren

caminos y avanzan por senderos propios y emergentes.

Y puesto que el “saber ciudadano” , es también saber manejar transacciones

sociales, exigencias morales y exigencias de justicia, es saber buscar un lugar en

la democracia (Biskupovic & Canteros, 2019), pues a pesar de las disputas y

tensiones que se desatan en los encuentros y desencuentros entre los agentes

sociales y los agentes de las instituciones estatales, existe una reciprocidad en las

interacciones (Biskupovic & Canteros, 2019). Y así lo observamos en el presente

caso etnográfico, donde si bien, el proceso no está ausente de conflictividad y de

falta de comunicación entre los distintos agentes involucrados, de igual modo se

generan momentos de encuentro, donde se converge en ciertos puntos, como en

el hecho de resguardar la casa y reconocer su patrimonio formal y el nombre,

trayectoria y poesía del poeta Jorge Teillier.

“ En ciertos momentos los ciudadanos informan a las autoridades a

quienes les cuesta comprender el problema, en otros momentos, son los

ciudadanos quienes aprenden de las autoridades (…); circulan saberes,

emociones y expectativas” (Biskupovic & Canteros, 2019, p.23).

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