TTE237

como derecho social, tal como lo fuera en el período comprendido entre 1970-1973

durante el gobierno de la Unidad Popular (Hidalgo et al., 2016).

En el marco de estas reestructuraciones estatales, los programas de relocalización

significaron

el traslado de los asentamientos legales e ilegales hacia las periferias

de la ciudad. Al respecto, Brites (2010) afirma sobre las consecuencias de la

relocalización y las despreocupaciones del Estado a las poblaciones que traslada

hacia la periferia. A través de esta práctica, el Estado acompaña el proceso de

relocalización con la construcción de un plano ideológico de discursos legitimadores.

“En este sentido, la mecánica coercitiva de las relocalizaciones fue teñida

discursivamente (desde el poder político de turno) por una visión “eufemística”: el

desarraigo y el traslado fueron presentados ante la so ciedad en términos de “beneficio

y progreso”, debiéndose sacrificar las voluntades de los sectores afectados”. (Brites,

2010:223)

Asimismo, en torno al problema de segregación, es importante fijar la atención sobre

las particulares territorialidades que allí se desarrollan, dado que, en un sentido

residencial, la segregación estará definida en términos generales por el grado de

aglomeración territorial de un grupo social. Y, en un sentido específico, la segregación

residencial se plantea en tres dimensiones; como la concentración de grupos sociales

en áreas de la ciudad; con barrios socialmente homogéneos; y, a partir de la

percepción subjetiva que los residentes hacen del espacio y el barrio (Sabatini et. al.

2001) Cabe reconocer que, “las identidades terr itoriales nacen, se crean y se

transforman en fuente de poder y control cultural cuando los territorios que las cobijan

son capaces, por su porosidad, de alimentar y ensanchar el campo de lo posible.”

(Márquez, 2013:123). De igual manera, Brian et. al (2010). señalan que los

pobladores evitarían la experiencia de gueto que le ofrecen las planificaciones de

vivienda social, esto debido a su estigmatización que posee frente a su nivel elevado

de homogeneidad social, la cual contrae problemas como delincuencia, narcotráfico,

embarazo adolescente, precarización de servicios básicos. En este sentido, la

relocalización de la población pobre en zonas periféricas ha implicado la pérdida del

derecho al espacio urbano” (Brites, 2010), cristalizado en la formación de u na ciudad

fraccionada que relega a los habitantes relocalizados a los márgenes de la misma,

sin garantizar acceso a bienes y servicios.

36

Made with FlippingBook Learn more on our blog