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detectar sitios arqueológicos, en las comunas seleccionadas, para optimizar la potencial

preservación, protección y valorización del Patrimonio arqueológico.

5. Marco Teórico

El registro arqueológico está conformado por diversos elementos que son susceptibles de

ser estudiados mediante métodos científicos que nos entregarán cierta información sobre el pasado.

Este registro se compone de cualquier indicio material de la actividad humana, así como del

contexto en el que están insertos, y se considera de carácter único y no renovable.

Se comprende que el registro arqueológico con el que nos encontramos en el presente, no

es un reflejo directo del pasado, sino que este registro esta forjado por algo que conocemos como

procesos de formación (depositacionales y postdepositacionales), es decir, todos aquellos eventos,

actividades y procesos que afectan a los artefactos después de su uso inicial (Schiffer, 1991), desde

el momento en el que sale de su contexto sistémico mediante la depositación, hasta la actualidad

en que los encontramos en un contexto arqueológico, a través de lo cual experimenta distintas

alteraciones naturales y/o de origen antrópico o cultural (Schiffer en Pavón, 2003).

Al ser descubiertos los sitios arqueológicos, pasan a ser más que registro meramente de un

pasado en particular, sino que se reintegran sus componentes al presente, mediante un proceso de

patrimonialización, es decir, un mecanismo de apropiación, construcción, autentificación y

legitimación de la diversidad cultural a favor de la historia del Estado-nación en el que se

encuentran (Ayala, 2014) (ya que son estos los que la declaran en términos legales). Estos valores

pueden ser reinterpretados, aceptados o negados, siempre sujetos a los actores sociales que se

interesen en él.