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y la cuarta con la etapa interpretativa , basada sobre todo en el establecimiento de

correspondencia analógicas. (Criado-Boado, 1999, p. 19)

En el marco del análisis formal del espacio, se encuentran algunas de las siguientes técnicas

a describir:

Análisis fisiográfico: en cuanto el estudio de las formas concretas del relieve. Es una

técnica que nos ayuda a definir la forma básica y la forma específica de los productos

espaciales. Lo que constituye una parte básica de los estudios de emplazamiento.

Uno de los resultados puede ser un mapa fisiográfico de esa zona, en el que la

representación del relieve con curvas de nivel se sustituye por una representación

simplificada de las formas constituyentes del relieve. Pudiéndose realizar individualizando

las unidades de relieve (unidades fisiográficas) o clasificando las formas de relieve por tipos

(clases fisiográficas) (1999, p. 30).

Análisis de tránsito: se trata de examinar la relación de los elementos arqueológicos

con el movimiento y con la geografía de la movilidad (1999, p. 31). Esto quiere decir que:

“en vez de fijarnos en la relaci ón con los caminos e interpretarla en clave de

comunicación, debemos centrarnos en la relación con el transito e interpretarla en clave de

movilidad (es decir, la capacidad para moverse independientemente de la acción de moverse

y de la finalidad y alcance de la misma)” y “recuperar el sentido práctico de esta temática

como un procedimiento analítico para descubrir y reconstruir las pautas de movimiento

predeterminadas y posibilitadas por la configuración topográfica, los patrones de

accesibilidad al terren o, de permeabilidad del mismo” (Criado -Boado, 1999, p. 31).